Una interminable ristra de carteles se adueña de las calles en las campañas electorales. Son los rostros de los candidatos, que buscan la mirada del vecino, pidiéndole su voto. Estas imágenes, un clásico de las campañas, aparecen casi entrometidos por cada esquina, por cada valla publicitaria, por cada rincón permitido. Los partidos destinan tiempo y trabajo para elaborar la composición de la fotografía y sus textos. Muchos de ellos han apostado por seguir las líneas marcadas en la campaña de las elecciones generales, adaptándolas a la Región de Murcia.

«El PSOE utiliza el mismo diseño y estructura que el 28A», apunta María Miralles, que es profesora de Estrategia de Comunicación Publicitaria de la UCAM. «Incluso aparece el corazoncito». A su juicio, el error del cartel socialista es el abuso de los conceptos: «Hay demasiados, parecen tres eslóganes». Y aunque valora la sonrisa confiada de Diego Conesa, «es demasiado gris el fondo, muy oscuro».

El único cartel que no incluye la palabra ‘candidato’ es el del PP. Fernando López Miras es mencionado como ‘presidente’, precisa María Miralles. «No es casualidad que su lema sea ‘En defensa de la Región’. A diferencia de los demás, que hablan de futuro, Miras habla de presente: él defiende el territorio que mantiene ahora, no propone un cambio sino que defiende una plaza. No hay que imaginar, sino que la realidad ya existe. Y detrás de su imagen aparece delimitado el territorio a defender».

La fotografía del candidato es un elemento crucial. Miralles destaca que la mejor instantánea es la de Alberto Garre. «Su mirada es impactante, transmite mucho y contrasta, por ejemplo, con los ojos tristes del candidato de Cambiar», detalla.

El profesor de Periodismo Enrique Arroyas considera que el cartel político más efectivo es el de Ciudadanos. «Es coherente con la identidad del partido y el color naranja lo hace muy reconocible desde una gran distancia», analiza Arroyas, que también es el director del título de Experto en Comunicación Política de la Universidad Católica de San Antonio.

Hay carteles que contienen una paradoja: «Son bonitos pero, a la vez, pueden tener poca fuerza persuasiva», señala Arroyas. Es el caso de Podemos y Somos Región. «No parecen un cartel electoral, son creativos y originales». Los lemas también influyen. «Podemos (‘La Región la haces tú’) emplea un recurso muy habitual en la formación morada que es la proximidad; por eso rotulan la palabra ‘tú’ con un cuerpo de letra más grande, para buscar la complicidad».

Partido Popular, demasiado institucional

Aciertan con la sombra del mapa. «Es un cartel demasiado institucional, que no transmite ilusión ni calidez, con una imagen artificiosa, parece que está preparada. La fotografía elegida no hace un favor a la imagen de López Miras; sin embargo, es una buena idea la sombra del mapa de la Región, eso sí es original. Esa silueta aporta más que el lema, que no dice nada. ¿Quién no defiende la Región?».

PSOE, muchos conceptos

Lema confuso. «Es un cartel muy oscuro, con demasiados conceptos, demasiados lemas: ‘Decide avanzar’ y ‘Por la Región que mereces’, cada uno con una tipografía diferente. No atrae ni centra la mirada del observador. ‘Decide avanzar’ resulta confuso y no es sencillo, porque no está claro cuál es el sentido del mensaje. El símbolo de ‘avanzar’ es una ocurrencia que no aporta nada. La fotografía es poco natural, con un fondo gris».

Ciudadanos, reconocible y coherente

El más efectivo. «Su mensaje político es el más efectivo. El naranja se ha convertido en su sello de identidad y desde muy lejos se reconoce el cartel. El color es coherente con el lema. ‘Vamos’, aunque no es original, es un acierto: muy simple y directo; es un grito popularizado por Rafa Nadal. Es una expresión de fuerza que implica convencimiento de que se puede hacer algo. La fotogenia de la candidata evita que parezca artificiosa».

Podemos-Equo, naturalidad y proximidad

Le falta fuerza. «Es el que menos parece un cartel. Estéticamente es muy bonito; sin embargo, como cartel político no tiene fuerza. La fotografía del líder es muy buena y espontánea: transmite naturalidad y confianza. Ni siquiera mira a la cámara. Los colores son cálidos, pero es un error que se pierda el morado; han rebajado la identificación de la marca de Podemos para resaltar la imagen de un candidato muy bien valorado en Murcia. El lema usa la proximidad con el votante».

Vox, desafiante y casi autoritario

Bandera desaprovechada. «Es el cartel menos profesional. El fondo es blanco y anodino; la presencia del candidato es imponente con un gesto desafiante, que transmite fuerza, coherente con el partido. Tal vez al votante de Vox le guste, pero para el espectador neutral es una expresión casi autoritaria, con una actitud chulesca. La bandera de España es muy estrecha. Se le da demasiada importancia al candidato, porque no es conocido, pero se desaprovecha el impacto de los colores de España».

Cambiar la Región de Murcia, juvenil y rompedor

Falta sintonía entre los colores. «Es un cartel muy juvenil y rompedor, coherente con su partido. Pero falla en el fondo blanco con las letras en diagonal; la mezcla de colores (rojo, verde, negro y gris y la chaqueta azul) no sintoniza entre ellos. Además, hay que acercarse mucho para saber de qué partido hablamos, hasta lograr dar con las siglas. No es un buen cartel».

Somos Región, campechanía y sencillez

Colores cálidos. «Es bonito y original. Es uno de los mejores carteles, aunque no tiene fuerza persuasiva. La fotografía del candidato es muy valiosa, con la suerte de que Garre transmite sencillez, autenticidad y campechanía. El gesto transmite proximidad; sólo por eso el cartel es bueno, con un fondo verde muy cálido, que contrasta muy bien con el amarillo de las letras. Aunque la tipografía, que es casi infantil, no encaja con los valores sobrios y tradicionales del partido».