Les presento a ustedes a Pascual Salvador, por si no lo conocen. Es el candidato de Vox a la Presidencia de la Comunidad. Quizás les parezca un contrasentido que alguien que no cree en las Autonomías y que predica en su programa electoral acabar con los parlamentos regionales se presente para ingresar en uno de ellos, pero así es la vida. Él dice que su intención es ir consiguiendo las cosas poco a poco: primero devolver la Educación, luego, la Sanidad, y después lo que venga. Supongo que su idea es lograr hacerlo desde dentro y según vayan cogiendo copero, si es que llegan alguna vez a tener el suficiente copero para llevar a cabo sus ideas, que eso está por demostrar.

Lo primero que debemos decir de este candidato es que se cree lo que dice, que es una persona de convicciones profundas, sean estas las que sean. Quiero decir con esto que si Pascual Salvador está aquí hoy es porque quiere cambiar la sociedad, no porque desee ganarse la vida con la política, que eso me parece que lo tiene solucionado. Es un hombre joven, casado y con tres hijos, con su trabajo y sus aficiones, que militó en el PP, aunque la única función que desempeñó en ese partido fue acudir al País Vasco, cuando había elecciones, para actuar como apoderado en las mesas (ya saben que el PP tenía a veces dificultades para encontrar los suficientes apoderados en ciertos problemáticos lugares de Euskadi). Así que hasta allí se iba Pascual, con un par, hay que reconocérselo.

Pero el PP lo desilusionó. Lo encontraba blandito, izquierdoso, fíjense ustedes, así que, en cuanto apareció Vox, se afilió, o sea, que tampoco es que se haya subido al carro ahora, sino que lleva ya cinco años en primera fila de este partido del que ahora es presidente regional. Es católico practicante, jugador de baloncesto de siempre (ahora está en un equipo y juega en la liga de veteranos), aficionado a comer con los amigos cuando se tercia, eso sí, sin cocinar, que de eso no hay nada que hablar.

Nació en Mazarrón y aunque vive en Murcia, siempre que puede vuelve a su pueblo a recargar baterías. Su formación tuvo altibajos. Se le atragantó el COU, no porque no pudiera, sino porque se desmadró un poco, así que apareció en FP e hizo la rama Administrativa. Cuando acabó, se matriculó en la universidad y se hizo Graduado Social, a la vez que ya trabajaba. Y ahí sigue, aunque ahora, si entra en la Asamblea, que parece que va entrar, ya veremos si puede compartir la política y el trabajo. Parece que fue ayer cuando lo veía en mi aula. Era listo, el muchacho.