Magdalena Sánchez Blesa tiene claro que «soy de la estatura del que tengo enfrente; aún no ha nacido un ser humano que busque mis manos y no las encuentre». Y ese es el lema impregnado de lírica con el que vive, y con el que la autora de tres poemarios quiere llevar más humanidad a la Asamblea Regional de Murcia en la próxima legislatura. Ocupa el puesto número cuatro en la candidatura del PSRM-PSOE al legislativo regional.

Actriz y productora del filme basado en el restaurante familiar que regenta en las faldas de Sierra Espuña, Las aventuras de Moriana, que finalmente ha cerrado y donde realiza esta entrevista, Magdalena Sánchez (Puerto Lumbreras, 1970) se considera una «poeta de patios y aceras» que quiere poner su «humildísimo grano de arena» para mejorar la vida de la gente también desde la política.

Muy conocida por haberse viralizado varios de sus poemas, incluidos en Instrucciones a mis hijos, Nana para dormir a mis abuelos, y Balada a mis padres, su último libro, publicado hace solo unas semanas y que precederá a las Cartas a mis hermanos, de próxima publicación, la poeta defiende su experiencia vital, con «muchas caídas» en una «vida dura».

En 2009, ella y su marido se encontraban en paro y decidieron empezar un nuevo negocio, abriendo un restaurante que empezó a registrar pérdidas, por lo que, aprovechando el conocimiento audiovisual de su esposo, David Perea, crearon una web serie para atraer nueva clientela, y que se plasmó en Las aventuras de la familia Moriana, una comedia surrealista

Sánchez considera su entrada en política como un paso más en su idea de «ayudar a los demás», ya sea con el «alimento del alma» que supone la poesía o con medidas que mejoren el bienestar de los murcianos desde la Cámara autonómica.

«Sé de qué va la vida, me ha costado mucho levantar negocios, se me han hundido, hay mil cosas por las que de pronto creo que puedo aportar mi humildísimo grano de arena en la política», enfatiza la poeta antes de recordar a sus padres, ya fallecidos, especialmente a su madre, vendedora de baterías de cocina para poder sostener a sus seis hijos tras la muerte de su marido. En su memoria, Sánchez guarda en una olla las cartas y escritos que le envían muchos lectores de su poesía, incluidos sus hijos, ahondando en la idea de que, «para entender a los demás, es muy necesario tener una conversación consigo mismo».

Para Magdalena, «no hay una sola política», rechaza que entender ese mundo como la pretensión de querer que «todo el mundo piense como nosotros» porque, en su opinión, «es necesario llegar a un entendimiento a través de la comunicación».

Tras recordar que dio el paso para entrar en política una semana después del ofrecimiento del secretario general del PSRM-PSOE, Diego Conesa, y superar un primer «impulso para decir que no», Sánchez cree que puede aportar una «parte poética y humana» a la Asamblea Regional mediante un «discurso del que llevo un entrenamiento de 40 años escribiendo y tras haber hablado y conocido las necesidades de mucha gente a pie de calle».

Serena, pero dispuesta a dar la cara por las personas

  • Magdalena Sánchez confiesa que tiene una gran capacidad de serenidad y tranquilidad, y que sabe decir «las verdades a la cara» pero que también quiere escuchar a los demás «sin gritos». «Me he enfrentado a casos muy difíciles en la vida; escuché atentamente a mi enemigo, entendí sus razones y mis faltas, porque no puede ser que yo siempre tenga razón por ser yo, y tú no porque eres tú. A lo mejor esa persona que tanto odias y tanto mal te ha hecho, de pronto tiene algo que te puede enseñar», insiste. Aunque reconoce que «muchísima gente» le ha dicho que es un error que haya aceptado la candidatura por el «daño» que le puede hacer la política al ser «muy sensible», Sánchez responde que «ojalá yo no le haga daño a la política; eso es lo que no quiero, porque le haría daño a la gente». Y esa gente necesita «comer bien y tener dignidad». Ese es su punto de partida ante su próximo reto vital: entrar en la Asamblea Regional.