Murcia es ya de por sí una de las regiones más dinámicas y emprendedoras de España; pues bien, nada como sacar el máximo provecho a su inmenso potencial para convertirla en todo un ejemplo de desarrollo económico y prosperidad. La Murcia de los próximos cuatro años ha de facilitar, y no penalizar, la creación de empleo, por medio de bajadas de impuestos y eliminación de trámites burocráticos a quienes son capaces de hacerlo: las empresas, los autónomos; contar con infraestructuras irrenunciables como un Aeropuerto Internacional y un AVE para Murcia, Cartagena y Lorca para impulsar el turismo y los negocios; a la que, dentro de una España unida, se dote del agua necesaria para que sus agricultores continúen generando riqueza para toda la nación; cuya Administración siga prestando y mejorando servicios públicos esenciales, pero sin que elija por nosotros nuestro médico o el colegio o instituto que queremos para nuestros hijos. Una Murcia en la que se respire libertad.