Un total de 1.057.294 murcianos están llamados a las urnas. En un tiempo en el que las encuestas ya no aciertan en el resultado como antes, y teniendo en cuenta que alrededor de un tercio del electorado se declaraba indeciso días antes del día de votación, la incertidumbre cobra hoy todo el protagonismo.

Pero hay otro factor a tener en cuenta: el voto oculto o, como lo llama el politólogo del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de la Región, Francisco Javier López Carvajal, el «voto vergonzante»: «Es la gente que tiene vergüenza de decir a quién va a votar o que, simplemente, se niega a desvelar el sentido de su voto». En estas elecciones, además, se hace muy difícil averigüar a quién puede beneficiar este factor porque entra en juego un elemento nuevo: Vox. «Cuando se hacen encuestas y vemos los recuentos de voto, el de Vox no existe porque antes no representaba prácticamente nada», explica.

En las elecciones de 2015 y 2016 también se detectó un número de indecisos muy alto semanas antes de las elecciones. «Apenas hay un veintitantos por ciento de personas que reconocen que votaron al PP», cuando recibieron más del 30% de los sufragios a nivel nacional y más de un 45% en la Región.

El voto oculto suele beneficiar a la derecha «si lo vemos desde una óptica murciana, pero si nos vamos a una extremeña o andaluza (graneros tradicionales socialistas), no», comenta López Carvajal. Ahora, continúa, el número de indecisos es muy alto por la fragmentación de centro-derecha: «Hay mucho trasvase de votos». Y el voto oculto, por su parte, también se va a repartir en la Región: «La horquilla que dan las encuesta a este bloque puede mejorar en favor de Cs, PP o Vox. Pero esto no lo sabremos hasta la noche».

PSOE beneficiado

El claro beneficiario de esta fragmentación es, en opinión de López Carvajal, el PSOE: Es el único partido hegemónico de la izquierda. En las dos elecciones generales pasadas, cuando concurría Podemos y la división afectaba al ala progresista, el PP era el partido fuerte porque, «aunque estaba Ciudadanos, esta formación luchaba más hacia el centro-izquierda». Por tanto, «a la izquierda nos encontrábamos a Podemos, PSOE y Cs; mientras que a la derecha estaba solo el PP».

En el escenario actual «ha habido un corrimiento de Ciudadanos hacia la derecha, dejando un espacio más centrado al Partido Socialista, que puede crecer hacia la derecha». Por otro lado, «Podemos ha bajado tras un tiempo de luchas internas y ausencia de su líder», añade el consultor, quien concluye que esta situación deja al PSOE en un espacio de mayor centralidad.

El recuerdo andaluz

Lo que pase el día de hoy va a depender también del recuerdo que los votantes tienen de las elecciones andaluzas. Para Sánchez Carvajal, el voto de centro-izquierda «se desmovilizó» porque «contaba con la victoria socialista»: «Las encuestas en esta comunidad desmovilizaron a la izquierda» y, por otro lado, «el voto de indignación que hubo en 2015 en las andaluzas se fue a Vox». Se consiguió movilizar a un votante que antes no estaba. «Ahora el efecto va a ser el contrario», sentencia.

Dos semanas antes de las elecciones, las encuestas daban al partido de Abascal 1 o 2 diputados. Sin embargo, «Susana Díaz azuzó a la extrema derecha para hacer daño al PP. Finalmente, lo que se vio es que consiguió hacer más grande al monstruo».

«Lo normal ahora sería pensar que el voto más movilizado es el de la izquierda porque quiere evitar que se repita lo de Andalucía». Las encuestas también están de lado de Pedro Sánchez, aunque vaya a necesitar apoyos de Podemos y nacionalistas. Y, aunque el voto de centro-derecha y derecha está también movilizado, cuentan con la desventaja de que está «más fragmentado». Y esto, por la Ley D'Hondt, beneficia al PSOE «porque es el que rentabiliza más el voto de izquierda», apostilla.