Tenía yo la impresión, en mi ignorancia, de que los adeptos a Vox lo eran más por alguna de sus propuestas, una, dos o tres, que por el todo del programa. También tenía yo la idea -otro error - de que Lourdes Méndez Monasterio, la cabeza de lista de este partido al Congreso, era una mujer de ideología conservadora, de fuertes convicciones religiosas y muy activa en la defensa de actitudes tradicionales, pero, al fin y al cabo, una mujer del Partido Popular donde ha militado un montonazo de años, donde ha sido concejala, consejera del Gobierno regional y diputada en el Congreso durante 3 legislaturas, que se dice muy pronto, o sea, que más del PP es materialmente imposible.

Cuál sería mi sorpresa al escuchar la entrevista que Fran Valero le hacía, y en la que yo participaba para poder escribir esto. Lourdes Méndez fue respondiendo a cada uno de los puntos del programa de Vox que el periodista le proponía con una respuesta 'voxiana' absoluta: hay que devolver las transferencias de Educación y Sanidad, hay que acabar con las Autonomías, hay que permitir que la gente «se defienda en su casa con lo que tenga a mano», hay que quitar de en medio la ley de Violencia de Género y cambiarla por una cosa que también cubra los ataques de las mujeres a los hombres, de los niños a sus padres, de los ancianos a sus hijos€. Oiga, así, como se lo estoy contando a ustedes. Más Vox no lo he visto yo en mi vida.

De manera que esta señora de aspecto estupendo para sus 62 años, madre de 6 hijos y abuela de algún nieto es sin duda alguna la candidata que no va a decepcionar nunca a sus electores, si es que sus electores lo que piden es el paquete completo que presenta su partido y no una cucharadita de programa por aquí y otra cucharadita de programa por allá. Además, que es una mujer formada. Nació en Córdoba, estudió Derecho y hasta obtuvo un premio extraordinario en las Prácticas Jurídicas que hizo en la Universidad de Salamanca.

Vivió en otras ciudades, pero hace ya muchos años que tiene su domicilio en Murcia y, nada más entrar al PP, comenzó a ostentar cargos y encargos. Parece ser que en Madrid la quitaron de la última lista en la que iba propuesta por Murcia, y desde entonces se separó de este partido y se dedicó a montar asociaciones desde las que pudiera defender sus principios, que son muy fuertes y arraigados en su personalidad.

Presidió la Plataforma por las libertades, y la asociación Familia y Dignidad Humana, hasta que un día la llamó Santiago Abascal, al que ya conocía (todo el Partido Popular conocía a este hombre porque ha estado un montón de años también con cargos y encargos de este partido), y le ofertó encabezar las listas al Congreso en nuestra Región. Y ella dijo que sí, que encantada de la vida porque le gusta la política muchísimo, de siempre.

De todo lo que nos dijo en la entrevista lo que menos me gustó fue cuando, a una pregunta contestó que los de Vox no son ni de derechas ni de izquierdas, y es que eso a mí me suena fatal porque me recuerda cuando yo era pequeñito. Y lo que me produjo mejor impresión es que claramente está ahí por defender lo que cree y no por ganarse unas pelas para sobrevivir, sea lo que sea en lo que cree, que a veces dijo cosas que me dejaron patitieso.