SHTISEL es una serie de Netflix que se desarrolla en un barrio de Jerusalén y que nos cuenta la vida de una extensa familia cuyo apellido da nombre a la serie. Esta familia es judía ortodoxa y, por tanto, su vida está condicionado por el cumplimiento de muchas normas religiosas y culturales relacionadas con su apariencia física (el conocido tirabuzón en el pelo, largas barbas), vestimenta (siempre camisa blanca, chaqueta negra, sombrero de copa), la preparación de una boda (con la figura del casamentero, el necesario visto bueno de los padres), sus continuas oraciones (cada vez que ingieren un alimento, cuando entran en una casa) y una largo etcétera.

Aunque, al parecer, los judíos ortodoxos no han recibido de buen grado esta serie (ha habido protestas durante el rodaje de la tercera temporada), la serie nos presenta una familia normal y corriente en la que el amor, los conflictos familiares, el nacimiento y la muerte está presentes. Eso sí, una familia normal y corriente que respeta las muchas tradiciones de los judíos ortodoxos que tan extrañas se nos hacen a los que no las practicamos o no hemos tenido la oportunidad de convivir con ellas.

Además, SHTISEL es una serie muy entretenida protagonizada por judíos seculares no ortodoxos y que te sugiero que veas con tus hijos adolescentes para que nos ayuden a poder conocer, entender y respetar culturas que nos son completamente ajenas y algunos de cuyos valores para nosotros son malos y para ellos son buenos. Shtisel nos va a ayudar a confrontar nuestra pequeña realidad con otro mundo, a encontrar un punto de encuentro entre nuestra normalidad y personas que parecen muy diferentes a nosotros.

Tal como manifiesta Michael Aloni (Akiva Shtisel en la serie) “¿Por qué alguien en Hong Kong se interesa en una serie sobre una familia ultraortodoxa que practica el judaísmo? Porque son humanos.”

Mario Alonso Puig nos recuerda una frase de José Ortega y Gasset durante su intervención en La educación importa: “Las ideas las tenemos, en las creencias estamos”. Shtisel nos puede ayudar a entender que también nosotros tenemos nuestras creencias que suponemos automáticamente como válidas, pero que no son, necesariamente, creencias verdaderas, absolutas y exportables al resto del mundo. Esas creencias que hemos adoptado porque así se nos ha repetido, porque hemos nacido y educado en un contexto determinado.

Ser capaces de desarrollar la capacidad de entender que hay culturas muy ajenas a las nuestras cuyas personas no son malas porque crean muy diferente a nosotros nos va a permitir poner las bases para conseguir entendernos. El pensamiento crítico, la filosofía serán herramientas educativas que harán que nuestros hijos participen de forma más generosa e inteligente en el mundo. Exponernos solo a nuestra realidad es limitarnos, y de esa manera jamás conseguiremos entender al otro. Shtisel es también una buena serie para aprender que otros no van a querer entendernos a nosotros. Uno de los protagonistas habla de aquellos judíos no ortodoxos (y no digamos de aquellos que no son judíos) como impíos haciéndonos entender que su verdad es la única.

La filosofía ha sido erradicada de los programas de estudio por algunas dictaduras (por ejemplo, desde 1971 en la dictadura que rigió Brasil desde 1964 hasta 1985). Las dictaduras entienden que la filosofía es la enemiga de conseguir que los ciudadanos sean adeptos a sus pensamientos. En Brasil se sustituyó la filosofía por un curso sobre la moral y educación cívica para inculcar “buenas costumbres y el orden político” tal como nos narra Carlos Fraenkel en su libro “Enseñar Platón en Palestina: Filosofía en un mundo dividido

Sthisel se emitió, inicialmente, solo en Israel. Su primera temporada fue en 2013 y la segunda en 2015. Netflix la ha convertido en un éxito mundial y ha participado en la producción de su tercera temporada (2021).

Ojalá que la disfrutes viéndola con tus hijos.