Desde sus primeras semanas de vida tu hijo o hija ya empieza a revelar algunos comportamientos que forman parte de su carácter: tiene problemas de sueño, demanda muchísimo tu atención, posee un temperamento fuerte y esto le lleva a tener grandes berrinches cuando le niegas lo que pide, es hipersensible, no sabe calmarse solo, se aburre con facilidad, no se está quieto y tiene muchísima energía, es muy curioso…

Si todos estos comportamientos te suenan, puede que tu hijo sea un niño de alta demanda. Tal y como explica la psicóloga infantil Úrsula Perona, la clave que diferencia a los niños de alta demanda es que tienen lo que en psicología se denomina un temperamento “difícil”. No sufren de ninguna patología y no debemos asustarnos, sino que tienen una serie de características que vienen marcadas por su temperamento.

¿Cómo puedo saber si mi hijo es un niño de alta demanda?

El temperamento es una parte de la personalidad que viene determinada biológicamente, escrita en nuestros genes. La psicóloga explica que “un niño con un temperamento difícil va a ser un niño con unas características y rasgos de personalidad más complicadas”. Normalmente, los niños de alta demanda tienen problemas de conducta derivados de su falta de capacidad para gestionar sus emociones, de su personalidad intensa y su temperamento fuerte, pero también se caracterizan por ser cariñosos, afectuosos, empáticos, sensibles, curiosos e inteligentes.

La psicóloga Úrsula Perona está especializada en niños de alta de demanda y asesora a las familias desde la perspectiva de la crianza consciente. El primer paso para poder entender a nuestros hijos e hijas es reconocer sus problemas de conducta e informarnos. Para ello, la psicóloga ha creado un sencillo test con las características más comunes que presentan los niños de alta demanda. (Puede que tus hijos cumplan alguna de estas características, pero en un niño de alta demanda reconocerás prácticamente todas ellas).

¿Mi hijo es un niño de alta demanda?

Si has marcado 12 o más ítems, muy posiblemente vuestro pequeño sea un niño de alta demanda. Esto implica que hay una serie de rasgos de su personalidad que hacen que el comportamiento, la crianza y la educación, sobre todo cuando son más pequeños, pueda llegar a ser agotadora. Por eso, es importante conocer cuáles son sus necesidades reales para vivir una crianza menos estresante, más consciente, y más respetuosa con la personalidad de tu hijo.

Las familias con niños de alta demanda estarán acostumbrados a escuchar frases como “lo estás malcriando”, “tu hijo es muy caprichoso” o “si haces eso harás que sea un consentido”. Cuando los demás no conocen las características de los niños de alta demanda, tienden a pensar que los padres “los miman demasiado” o que “no saben educarlos”.

Nada tiene esto que ver con la realidad. Tal y como explica Úrsula Perona: “La realidad es que el niño exhibe sus necesidades porque realmente las necesita, pero aún no ha madurado lo suficiente y, por lo tanto, no ha aprendido a gestionar correctamente las emociones que producen esas necesidades”.

¿Qué necesita un niño de alta demanda?

En su libro “Hijos de alta demanda”, Úrsula Perona ofrece estrategias que nos guiarán en su educación, entendiendo el porqué de sus comportamientos. “En primer lugar, para saber cuáles son sus necesidades. Y, en segundo lugar, para sacudirnos de encima la culpa”, explica la psicóloga.

Estas son algunas de las claves que encontrarás en el libro “Hijos de alta demanda”:

1.     -Respetemos cómo es y aprendamos qué es lo que necesita: “Se nos olvida muchas veces que los niños son personas, que tienen días buenos y días malos. Que tienen estados de ánimo propios y complejos. Y que no podemos exigirles siempre lo mismo como si fueran robots”.

2.     -Trabajemos en nuestra paciencia, porque su perseverancia y su temperamento nos pueden llevar al límite.

3.     -Necesitarán un ambiente rico y estimulante que les permita explorar su gran energía y creatividad.

4.     -No intentar cambiarles, sino ayudarles a desarrollar todo su potencial. Como declara Úrsula Perona: “No será la maternidad o paternidad soñada. Con un poco de suerte, paciencia y cariño, será mucho mejor”.

5.     -Aprender a delegar y a quitarnos la culpa como padres.