Un 18,5% de PIB por ganar y un horizonte de 35 años. Recuerden estas cifras. Tres décadas y media, hasta 2055, es lo que tardaremos en España en alcanzar la igualdad de oportunidades plena entre hombres y mujeres al ritmo que vamos actualmente, si no hacemos nada por acelerarlo. Una brecha que, a día de hoy, impide que nuestra economía ingrese cada año casi 231.000 millones adicionales. Hagan el ejercicio y multipliquen para hacerse una idea del monumental coste de oportunidad que suponen la desigualdad de género y el desaprovechamiento del talento femenino a su máxima capacidad.

Los datos no mienten, son así de contundentes. En este caso, proceden del informe elaborado en marzo de este año por ClosinGap -clúster que presido- cuando presentamos el I Índice ClosinGap, primer indicador en nuestro país que mide, cuantifica y tangibiliza de forma objetiva las brechas de género que, desgraciadamente, siguen persistiendo en España y su incidencia en el PIB. En 2020, el Índice ClosinGap se situó en el 64,1% -entendiendo el 100% como la paridad total- y, por tanto, nos dice que queda todavía una brecha por cerrar del 35,9%.

Según nuestras conclusiones, tres son los aspectos clave que penalizan a la mujer y que tienen un impacto directo en la economía: su participación más reducida en el mercado laboral, el menor número de horas trabajadas debido a la mayor tasa de parcialidad y la sobrerrepresentación que tienen en sectores económicos menos productivos. Esta situación provoca que las mujeres, a pesar de representar el 51,4% de la población en edad de trabajar, solamente contribuyan a un 41,5% del PIB.

Y estas cifras no son las únicas que manejamos. A lo largo de estos tres años de vida de ClosinGap nos hemos adentrado en el estudio de la brecha de género con una mentalidad casi científica. Nuestra misión era contribuir al debate aportando números, inteligencia, datos, indicadores... En definitiva, desarrollar un conocimiento objetivo, robusto y riguroso sobre el que impulsar el debate para construir soluciones concretas y diseñar nuevas iniciativas vinculadas al ámbito de la economía y la mujer.

Hemos descubierto que, pese a que lo habitual es centrar el debate sobre la igualdad de género en cuestiones como la brecha salarial o la tasa de paro de las mujeres en comparación con las de los hombres, existen otras desigualdades relativamente desconocidas pero que se antojan fundamentales para avanzar hacia la paridad: en la salud, las pensiones, la conciliación, el ocio, el empleo, el ámbito digital, la notoriedad pública e incluso en la discapacidad. Y todas ellas también tienen un impacto en nuestro PIB que supone un coste de oportunidad.

Nuestro trabajo también ha desvelado que la mujer, al tener que hacer frente a numerosas desigualdades a lo largo de los años, ha ido desarrollando comportamientos en ámbitos como la movilidad, el turismo o el consumo que abren el camino hacia cambios sociales que nos están conduciendo a un modelo de sociedad más responsable y sostenible.

Esta labor ha consolidado a ClosinGap como referente en la generación de conocimiento en relación con el coste económico de la brecha de género. Tenemos muy clara la necesidad de seguir trabajando para construir una sociedad más justa y equitativa, así como una economía fuerte, especialmente en el contexto de recuperación actual. En el actual momento económico, en el que se ultima la llegada de los fondos Next Generation UE, es más importante que nunca reconocer la relevancia de incorporar la perspectiva de género y de impulsar el talento femenino como herramienta para generar riqueza.

Tenemos la oportunidad histórica que nos brindan los fondos europeos para apostar por una recuperación en la que la igualdad de género sea eje prioritario. Para conseguirlo es crucial aunar esfuerzos y seguir trabajando conjuntamente por la igualdad de oportunidades y por cerrar todas las brechas, para posicionar a la mujer como palanca clave para la recuperación económica del país.

Seguiremos aportando datos sólidos y mediciones, haremos un seguimiento de la evolución de las diferentes brechas. Y avanzaremos también en otras iniciativas, porque el compromiso de los que formamos ClosinGap trasciende el plano teórico para llegar a la práctica. Porque el cambio empieza por dar ejemplo. Nuestro compromiso nos ha llevado a compartir todas las buenas prácticas corporativas que estamos haciendo en materia de igualdad dentro del ámbito laboral en un toolkit que presentamos hace apenas unos meses y que queremos que sirva como una herramienta de referencia para que tanto organismos públicos como empresas y agentes sociales puedan pasar a la práctica y avanzar hacia la plena igualdad de oportunidades.

En 2022, seguiremos progresando en nuestro plan de acción con el programa de mentoring cruzado que pusimos en marcha el año pasado y con el que pretendemos reforzar el liderazgo femenino. Y, por supuesto, continuaremos analizando nuevas brechas de género en ámbitos que nunca se habían explorado antes, como en el medio rural o las pymes.