Según los últimos datos de la EPA, en marzo había más de 3,6 millones de parados en España. Por su parte, el último análisis de Randstad Research desprende que una cuarta parte de los españoles empleados ha cambiado de trabajo en el último año. Lo que tienen en común todos ellos es que han tenido o tendrán que enfrentarse a una entrevista de trabajo. Este gran número de candidatos participantes en los procesos de selección obliga a los reclutadores a introducir instrumentos innovadores de filtrado para elegir el mejor talento. 

Entre estas herramientas se encuentran las denominadas killer questions, preguntas planteadas a los aspirantes durante una primera fase que ayudan a obtener información detallada sobre su perfil personal y profesional. En este sentido, Cecilia Fernández, consultora de Selección de Nexian, explica que la finalidad de estas cuestiones es “descubrir si las aptitudes y actitudes encajan en el perfil profesional que se necesita, más allá de la formación académica o la experiencia profesional, agilizando los procesos y evitando la incertidumbre que siempre supone para el aspirante los largos procesos de selección”.

Desde la compañía, consolidada como la primera red nacional de agencias de Recursos Humanos (RRHH), aseguran que estas killer questions se suelen dividir en dos bloques: por un lado, las preguntas cerradas donde las preguntas son únicas y preestablecidas. Un ejemplo de este tipo de cuestiones son los años de experiencia laboral o la posesión de algún tipo de certificado específico como puede ser el carnet de manipulador de alimentos.  

“Estas respuestas obligan al candidato a decantarse claramente por una opción u otra, y al seleccionador a asignar una puntuación a cada una de estas respuestas, con el fin de posteriormente hacer el filtrado correspondiente comparándola con las puntuaciones del resto de candidatos”, explican desde la empresa de RRHH.

Por otro lado se encuentran las preguntas abiertas que tienen respuestas libres y son las que aportan información relevante para el reclutador. Estas suelen resultar más incomodas que las anteriores. Algunas de estas preguntas más frecuentes están relacionadas con los conocimientos sobre la empresa, expectativas económicas, el valor extra que puede aportar el candidato a la compañía, razones por las que se está mucho tiempo en el mismo puesto de trabajo o en la misma empresa o por las que se dejó el anterior empleo.

“¿No te parece que tienes una cualificación excesiva para el puesto?, ¿qué significa para ti el trabajo?, háblame de una situación en la que no actuaste de forma adecuada y qué has aprendido de ella, ¿cuál es tu horizonte temporal para los próximos 5 años?, ¿qué haría en caso de estar en desacuerdo con su jefe?”, ponen como ejemplo desde Nexia.

En este sentido, Fernández ofrece algunas recomendaciones para abordar estas preguntas como responder de forma concisa y sincera, controlar la comunicación no verbal, las expresiones faciales y maneja los silencios tratando de no provocar una situación incómoda; o dar siempre una respuesta bien argumentada y acorde a lo que se pregunta; así como no memorizar las respuestas, titubear ni mostrar una actitud defensiva. 

 “Si te piden hablar de tu experiencia relacionada, hazlo. Esta pregunta representa una buena oportunidad para destacar tus puntos fuertes y diferenciarte del resto de candidatos”, asegura la consultora de Selección, quien añade que “ante una pregunta incómoda, trata de reformularla, transmitiendo siempre una actitud tranquila y positiva”.

Evitar memorizar las respuestas, no titubear o mostrar una actitud defensiva o empatizar con el entrevistador el rol de amigo, generando un clima de confianza para que fluya mejor la comunicación, pero en otros casos puede parecer agresivo, haciendo preguntas intimidatorias para evaluar la resistencia a la frustración. En todo caso, trata de responder sin entrar en conflicto o crear un clima de tensión”, apunta.