Demolición

¿Cuánto habría costado mantener la chimenea de la térmica de Teruel?

El coste de conservar este símbolo de la industria del carbón en el municipio minero era de 4 millones de euros | A ello se sumaban 300.000 euros al año que Endesa ha desestimado realizar por no existir propuestas útiles que acompasaran su plan para transformar el nudo Mudéjar en un mar de renovables

La caída del gigante de hormigón que presidía el parque de carbones de la central térmica de Andorra.

La caída del gigante de hormigón que presidía el parque de carbones de la central térmica de Andorra. / JAIME GALINDO

M. Calvo Lamana

No hay vuelta atrás. La chimenea de la central térmica de la localidad turolense de Andorra no volverá a presidir las comarcas mineras del bajo Aragón. Este jueves ha sido demolida con 265 kilos de dinamita en su base, cayendo como un árbol talado ante la atónita mirada de las decenas de andorranos que se han acercado a admirar el fin del símbolo de la era industrial. La demolición no ha estado exenta de polémica, pues multitud de voces abogaban por conservar el patrimonio arquitectónico que brindó a la villa minera sus años más esplendorosos, llegando a ser la localidad con la mayor renta per cápita de todo Aragón.

Sin embargo, Endesa, la propietaria de la central que cerró sus puertas en junio de 2020, ha decidido tirar abajo la chimenea, la tercera estructura más alta de España con 343 metros. La justificación debe hallarse en el terreno monetario: costaba 4 millones de euros practicar el mantenimiento inmediato, además de 300.000 euros al año en materia de seguridad y una inversión cada diez años de un millón de euros para trabajos específicos.

Así lo ha explicado el director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner, ante la montaña de escombros en los que se ha convertido la torre, según un estudio técnico encargado por la propia compañía eléctrica. Montaner ha aseverado que "la chimenea y la central térmica estaban preparadas para trabajar durante 40 años. Se han cumplido justo ahora". "Nadie ha asumido ese coste ni ha propuesto un uso útil para esa chimenea", ha destacado el responsable de la eléctrica. "Nos propusieron muchos usos pero ninguno podía acompasarse con el proyecto que planteamos para Andorra", ha concluido Montaner, en referencia al parque de renovables que se instalará en los suelos donde se situaba la central.

Los 20 millones de Compostilla II

El último reducto del carbón en Andorra ha caído mientras en las tierras leonesas se debate por un asunto similar. En Ponferrada, la central térmica Compostilla II debería haber dicho adiós a sus torres de refrigeración el 26 de enero, pero un recurso de alzada de 'Bierzo Ya!' ha retrasado la ejecución de la demolición. En ese caso, la central también es propiedad de Endesa, y se cifra en 20 millones de euros el coste de mantener en pie esta estructura.

Y lo cierto es que el patrimonio industrial está desapareciendo del horizonte a pasos de gigante. Avanzan los parques de renovables, llamados a sustituir la generación de energía no renovable por fuentes de producción que ayuden a preservar el medio ambiente y a frenar el cambio climático. Las centrales térmicas y su carbón lo provocaron. Pero también trajeron riqueza y alumbraron la vida de las familias que hoy se marchan a las ciudades. Las que quedan en pie son el símbolo de la dualidad de la necesidad humana.