Malos datos de empleo en agosto, como suele ser habitual en España tras el final de la campaña de verano. Aunque la pérdida de ocupados ha sido nutrida, así como el aumento de los parados en las listas del SEPE, los datos son menos malos que en los años previos al covid. Prueba de que el mercado laboral, contra viento y marea y pese a los tambores de eres que resuenan entre las empresas, sigue resistiéndose a ceder ante los efectos de una inflación que no da tregua y una guerra en Ucrania que suma más de seis meses y no de la que no se avista el final.

España perdió en agosto un total de 189.963 afiliados a la Seguridad Social, arrastrado por los despidos en educación, construcción y comercio, pero resistiendo por encima de los 20 millones de trabajadores en activo, según los datos publicados este viernes por el Gobierno. Son muchas las bajas, sí, pero menos que en periodos anteriores de menores adversidades, como en 2019, cuando se perdieron 212.984 cotizantes; o en 2018, cuando se perdieron 202.996. Este año el impacto del fin de la campaña turística ha sido más suave, lo que ha alimentado el diagnóstico optimista del Gobierno. "Agosto cumple con el guion previsto, pero lo hace de manera mejor a otros agostos. [...] Al mercado de trabajo no ha llegado a incorporarse la incertidumbre económica", ha declarado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey.

Para lo bueno y para lo malo, el mercado laboral -tras una recuperación vertiginosa de la crisis del covid- recobra los vicios y virtudes propios de la vieja normalidad. Y la extinción masiva de contratos tras la campaña estival es uno de ellos. Mismo guion con los datos del paro, que creció en 40.428 personas -un incremento ligeramente inferior al registrado en 2019-, y cierra el mes por debajo de los 3 millones de desempleados. Cuatro de cada 10 de esos parados no cobran prestación ni subsidio alguno del SEPE.

El empleo inicia así en agosto su particular proceso de hibernación, aunque lo hace todavía por encima de la simbólica cota de los 20 millones de ocupados en todo el país. A partir de ahora vienen meses complicados para el mercado laboral, en los que los números rojos serán los más frecuentes hasta el pequeño paréntesis que abrirán las contrataciones navideñas. Resta la incógnita si esa resiliencia que hasta ahora ha mostrado le permitirá cerrar el ejercicio por encima de los 20 millones de afiliados a la Seguridad Social y qué efectos tendrá un posible corte de suministros del gas por parte de Rusia a las locomotoras económicas de la Unión Europea. "La evolución del empleo sigue siendo positiva, llena de incertidumbres, pero de momento el mercado de trabajo resiste", ha declarado el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez.

El sector privado aguanta

El retroceso registrado en agosto no ha sido generalizado y los despidos en educación son el principal responsable de ese dato negativo de 189.963 cotizantes menos. Allí se concentran cuatro de cada 10 cesados, un empleo muy volátil, condicionado por los refuerzos habilitados ante el covid cuyos contratos finalizan este curso y que la reforma laboral no ha sabido corregir. Presumiblemente en septiembre gran parte de ese empleo volverá a recuperarse, como suele pasar todos los años. Hasta el punto de que los datos desestacionalizados -en los que el Gobierno aplica una fórmula para eliminar el efecto de temporada- arrojan números positivos de creación de empleo.

La iniciativa privada aguanta de momento el golpe, tal como corroboran los datos del colectivo de trabajadores autónomos, cuya reforma de las cotizaciones ha sido aprobada hace unos días pero no entrará en vigor hasta enero. El empleo por cuenta propia ha perdido 13.509 efectivos, su cifra menos mala -sin tener en cuenta la pandemia- desde 2015 y se consolida en la cifra de 3,3 millones de autónomos en alta. 

Persiste el efecto 'reforma laboral'

El efecto de la reforma laboral sobre la contratación persiste en su cuarto mes de plena vigencia. Cuatro de cada 10 nuevos contratos firmados fueron de carácter indefinido, cuando el año pasado estos representaban para estas mismas fechas 1 de cada 10. Algo más de la mitad de los mismos son contratos indefinidos a tiempo completo.

Los cambios pactados entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos están contribuyendo a una mutación del mercado laboral, en el que se firman menos contratos -dada la limitación a la temporalidad- y ello acota los efectos acordeónicos en los datos de empleo. Es decir, cuando se destruye ocupación, se destruye menos y cuando se crea, se crea menos.

Pese a la nueva legislación, los perjudicados por el fin de la campaña estival siguen siendo los sospechosos habituales: los jóvenes. Gran parte de esos 'trabajillos' de verano se van con agosto y ello provoca que el desempleo entre los menores de 25 años suba en 8.881 personas (+4,7%) respecto al mes anterior hasta un total de 197.486.