El precio del litro de aceite de girasol escala día a día, casi a la par que el combustible, como consecuencia de la guerra en Ucrania. Ya supera de media los dos euros y, como anuncian los sindicatos agrarios, en cuestión de semanas "se superará al aceite de oliva". De hecho, una empresa malagueña busca a la desesperada 50.000 litros de este nuevo oro líquido, debido a que es fundamental en sus procesos de producción y sólo le quedan existencias para lo que resta de mes.

Los propios portavoces del sector agrario denuncian que las administraciones en España "han dejado morir" durante los últimos años a los productores andaluces de girasol. La dependencia de Ucrania ha estado fomentada por la creciente importación de aceite de palma. En lo que va de siglo se ha pasado de importar unas 70.000 toneladas a cerca de 2 millones anuales, de forma que las galletas antaño elaboradas con aceite de girasol, ahora se producen con el de palma.

Aquí se pone de ejemplo Francia, que importa la décima parte de aceite de palma que España, pese a que alberga un 50% más de población. Quizás esta nueva crisis internacional ponga sobre la mesa una misma problemática que ya se vivió con el coronavirus: "O cuidamos la producción interior o volveremos a reproducir los mismos problemas", relata uno de los responsables comerciales de la mayor cadena de supermercados malagueños.

En las últimas horas, las principales marcas ha limitado la venta del aceite de girasol, con un tope de 5 litros por consumidor. Pero aún así no son pocas las familias que han puesto a la cola del supermercado, con esa cantidad de aceite, a cada uno de sus miembros. Así se ha disparado el precio de una materia prima que es fundamental en el sector de la hostelería, pero también en la producción de multitud de productos de venta en cafeterías, bares y restaurantes.

Una alternativa para los intermediarios es la adquisición de aceite de girasol procedente de Argentina, pero los costes de transporte impiden que se pueda importar a los precios de los procedentes de Ucrania. No descartan otros clientes habituales de este aceite reconducir sus recetas hacia otras grasas vegetales que se utilizan en el mercado de manera tradicional.