Iberia y Air Europa decidieron a mediados de diciembre romper el acuerdo de fusión que alcanzaron dos años antes. Las aerolíneas dieron por roto ese acuerdo que hacía tanto arrastraban, pero se dieron hasta final de enero para encontrar un plan B que les permita otro tipo de alianza o integración que no implica la absorción total de Air Europa. Unas conversaciones en las que el Gobierno también tiene un papel protagonista porque la operación alternativa implicará la entrada del Estado en el accionariado de Air Europa para garantizar su viabilidad.

Iberia y Air Europa se dieron muy poco tiempo para alcanzar un nuevo acuerdo, apenas mes y medio desde que anunciaron la ruptura del pacto de fusión. Un plazo ajustado azuzado por las prisas de los dueños de Air Europa -el grupo Globalia, controlado por la familia Hidalgo- por los problemas financieros de la aerolínea. Iberia demostró su interés en seguir con la operación pagando una suerte de anticipo de 75 millones del importe de una futura operación, y con la que también se guarda las espaldas ante la eventual aparición de ofertas competidoras para la compra total o parcial de Air Europa.

Las conversaciones en las últimas semanas han sido intensas y se ha avanzado hacia un acuerdo, pero las negociaciones son tremendamente complejas y, con las fiestas navideñas de por medio y con las dificultades para mantener algunas reuniones por el agravamiento de la pandemia (y algún positivo entre los negociadores), las partes asumen como posible llegar al final del plazo sin acuerdo definitivo.

Iberia, Air Europa y Gobierno siguen trabajando con el objetivo de cerrar un pacto antes de que termine el mes, pero las tres partes se muestran abiertas a darse más tiempo para salvar la operación si es necesario, según confirman varias fuentes próximas a las conversaciones. La primera opción para las aerolíneas y para el Gobierno -en las negociaciones participan Moncloa, el Ministerio de Asuntos Económicos y el de Transportes- es sacar adelante una integración entre Iberia y Air Europa, y alargar el proceso unas semanas no será impedimento.

Las compañías y el Gobierno desarrollan unas negociaciones muy complejas y con muchos frentes que acordar: la estructura societaria de la aerolínea resultante de la operación; la valoración presente y potencial de Air Europa; el reparto exacto del accionariado entre Iberia, Gobierno y la familia Hidalgo, que se mantendría con una participación minoritaria; asegurar una capitalización suficiente de la empresa… Aspectos todos que varias fuentes implicadas subrayan que siguen sin estar cerrados y que van cambiando prácticamente con cada reunión.

El Estado como accionista

La compra del 100% de Air Europa por parte de Iberia para sumarla como una marca más del grupo IAG (el holding en que, además de Iberia, se integran Vueling, British Airways, Aer Lingus y Level) está descartada. La crisis del sector aéreo provocada por la pandemia, la situación financiera extrema que ahoga a Air Europa y el más que previsible veto de la Comisión Europea a la operación por razones de competencia dieron al traste con la fusión para crear un gigante nacional.

El parón de la fusión entre ambas compañías empuja al Gobierno a entrar en el accionariado de Air Europa para garantizar su viabilidad. El Estado ya rescató Air Europa con dos préstamos por importe de 475 millones de euros del fondo para compañías estratégicas de la SEPI. Se trata de un préstamo ordinario de 235 millones a devolver antes de 2026 y otro préstamo participativo por los 240 millones restantes. El fracaso de la integración fuerza al Ejecutivo a ejecutar este último préstamo y convertirlo en una participación accionarial directa en Air Europa. Un movimiento que la vicepresidenta y ministra para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha admitido públicamente como posible.

En las negociaciones Gobierno, Iberia y Globalia tratan de pactar la ecuación de canje para establecer el peso accionarial de cada uno de ellos en la aerolínea. El reparto accionarial no está aún fijado y, según diversas fuentes, lo único que está claro es que el Estado e Iberia tendrán participaciones similares y que no superarán el 50% ninguna de ellas (si lo superara Iberia tendría que consolidar las pérdidas de su rival en sus resultados y, de hacerlo el Estado, Air Europa se convertiría en sociedad pública a todos los efectos). La familia Hidalgo seguirá en el capital de Air Europa, pero con un paquete muy minoritario.

Hundimiento del precio

IAG y Globalia rescindieron el mes pasado el acuerdo de compra que alcanzaron a finales de 2019 (que implicaba la absorción de la compañía aérea por 1.000 millones de euros), que fue modificado hace un año (para bajar el importe hasta los 500 millones). En la nueva operación, el valor de Air Europa, ahogada por la deuda y por el parón de actividad, será aún menor.

Tanto Iberia como Air Europa siguen defendiendo el sentido estratégico de una integración, de uno u otro tipo, de ambas compañías para reforzar el aeropuerto de Madrid como un gran hub europeo (centro de interconexión de vuelos), para defender el turismo en España y para reforzar el liderazgo de IAG en las rutas entre Europa y Latinoamérica, el negocio más rentable de ambas aerolíneas.

Desde el Gobierno se subraya que ya dejó claras sus intenciones de respaldar a Air Europa desde el primer momento de la crisis provocada por la pandemia prestando su apoyo, tanto a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas de la SEPI con 475 millones como con préstamos por otros 140 millones a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO).