La última prórroga de los ERTE, acordada a finales de septiembre por sindicatos, patronales y Gobierno, tiene dos objetivos: el primero, el habitual, es seguir protegiendo a las empresas que todavía necesitan de este mecanismo de suspensión de empleo ante las dificultades económicas causadas por la pandemia. El segundo, que es novedoso, es hacer aflorar todos los negocios que siguen en ERTE por inercia, pero que ya no tienen posibilidades reales de retomar la actividad: las llamadas "empresas zombi". Y a juzgar por los datos preliminares recopilados por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica, esas "empresas zombi" podrían ser muy numerosas: con el plazo para pedir la renovación de los ERTE ya cerrado, las Comunidades Autónomas consultadas por este diario reportan cifras que se sitúan en la mitad del número de ERTE que estaban en vigor hasta ahora. A finales de septiembre había 80.571 ERTE activos, así que estos datos adelantados anticipan una reducción de varias decenas de miles, que se confirmarán en las próximas semanas.

Cruzando los datos de finales de septiembre de Seguridad Social con las renovaciones solicitadas en ocho servicios de empleo autonómicos hasta el 15 de octubre (fecha del final del plazo) se aprecia ese notable desplome: en Andalucía, donde había 11.933 ERTE a 30 de septiembre, la petición de renovaciones ha sumado 5.104, un 42,8%; en Cataluña, frente a los 14.916 ERTE de septiembre se han producido 8.225 solicitudes en octubre (55,1%), y en Madrid se pasan de 11.925 en el mes pasado a 5.345 peticiones (44,8%). Porcentajes parecidos se obtienen en Baleares (55,7%), Castilla-La Mancha (46,2%), Galicia (57,9%), Asturias (48,8%) y algo más altos pero también con una caída importante en Aragón (63,6%). Son territorios representativos (entre todos, concentran a 2 de cada 3 trabajadores en ERTE) y con una estructura productiva muy diversa, factores que indican que el retroceso en las peticiones de ERTE es generalizada. Sumando los datos, mientras que había 53.295 ERTE en vigor en esas autonomías a 30 de septiembre, en octubre sólo se habían pedido 26.664 renovaciones: un 50%.

La caída no se debe sólo a las "empresas zombi", puntualizan desde los servicios de empleo autonómicos: la mejora de la situación económica y el levantamiento de las restricciones también juegan un papel significativo en la reducción del número de ERTE. Pero estas dos tendencias positivas también se han dado en los últimos meses, y hasta ahora no se había producido un retroceso en el número de ERTE de la magnitud que ahora se anticipa. Desde junio, cuando había 106.679 ERTE en marcha, y hasta septiembre, la reducción en el número de ERTE ha sido inferior a los 10.000 al mes; las cifras adelantadas apuntan a una caída de 40.000 en octubre.

Más controles

La razón del fuerte retroceso está en un cambio en la regulación vigente hasta ahora. Los ERTE se pusieron en marcha a finales de marzo de 2020 para tratar de evitar despidos masivos con el primer confinamiento, y se han ido prorrogando, con modificaciones para acomodarse a la situación de la pandemia y de la economía, hasta en cinco ocasiones anteriores. Lo que hace especial a esta sexta prórroga, aprobada a finales de septiembre y que extiende el mecanismo de los ERTE hasta el 28 de febrero de 2022, es el aumento de requisitos y controles: exige a las empresas presentar una nueva solicitud para renovar un ERTE en marcha (frente a la prolongación automática de prórrogas anteriores), requiere además la presentación de nueva documentación acreditativa de la marcha del Expediente y la relación de los trabajadores afectados, y -muy importante- remite los ERTE prorrogados a la Inspección de Trabajo para su examen. Todo, precisamente, para desanimar la presentación de solicitudes por parte de las "empresas zombi" -y también de las que pudieran estar en situación de fraude- que no podrían cumplir con estas nuevas exigencias y se expondrían a una sanción.

Las cifras definitivas y completas las reunirá y publicará la Seguridad Social a finales de octubre o principios de noviembre; hay que tener en cuenta que aunque el plazo de solicitudes esté cerrado desde el día 15, las autoridades laborales autonómicas tienen 10 días más para dictar resolución, y es entonces cuando los expedientes serán remitidos a la Inspección de Trabajo para su análisis.

Con la reducción del número de ERTE también se producirá un notable descenso de los trabajadores protegidos por esta fórmula de salvaguarda del empleo: A finales de septiembre eran 239.230 los empleados con el empleo total o parcialmente suspendido por estar en uno de estos expedientes. Con el primer impacto de la pandemia, los ERTE llegaron a alcanzar a más de 3,5 millones de personas, y a medio millón de empresas de casi todas las actividades económicas; ahora, los principales afectados son compañías y empleados de ciertos sectores: hoteles, restaurantes, agencias de viajes, transporte aéreo y juegos de azar.