Las comunidades autónomas del régimen común (todas salvo el País Vasco y Navarra) gestionan este año 78 impuestos propios y recargos sobre tributos estatales, con Cataluña a la cabeza, que cuenta con quince figuras impositivas, mientras que en Asturias hay vigentes seis con las que se recaudaron el pasado año unos 118 millones de euros.

Según datos del Ministerio de Hacienda y Función Pública, todas las autonomías tienen actualmente tributos propios, pero esto podría cambiar en un futuro próximo, ya que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha anunciado esta semana que tiene intención de eliminar los tres impuestos que gestiona: el tributo sobre la instalación de máquinas recreativas en establecimientos de hostelería autorizados; el de depósito de residuos, y el de actividades económicas.

Para ello, el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso va a iniciar la tramitación de una reforma legislativa que, de ser aprobada en la Asamblea madrileña, convertirá a Madrid en la única autonomía en España sin impuestos propios y también dejará de ingresar 3,4 millones de euros al año.

Por el contrario, Cataluña es, y de largo, la comunidad autónoma con más impuestos propios. Tiene un total de trece, han asegurado a Efe fuentes del departamento de Economía de la Generalitat (la diferencia con respecto a los quince registrados por el Ministerio de Hacienda se debe a que contabilizan de forma conjunta varios cánones).

Según la Generalitat, el año pasado estas figuras impositivas -entonces eran doce activos- reportaron un total de 137,3 millones de euros en términos de recaudación.

De hecho, hace unos días la Generalitat abrió el plazo para pagar un nuevo impuesto, el que cobrará por la emisiones de CO2 de los vehículos.

Además de este nueva figura impositiva, Cataluña cuenta con impuestos a los grandes establecimientos comerciales, a las viviendas vacías, a la estancias en establecimientos turísticos, a los activos no productivos de las personas jurídicas -el llamado impuesto a los bienes de lujo- o a las bebidas azucaradas envasadas.

También existen impuestos que gravan la emisión de gases emitidos a la atmósfera por la industria, las emisiones producidas por la aviación comercial, las instalaciones que inciden en el medio ambiente, y el listado también incluye un gravamen de protección civil, un canon del agua y cánones sobre residuos.

En los últimos años la Generalitat ha justificado la creación de estos impuestos por la insuficiencia del sistema de financiación y, en el caso de los de carácter medioambiental, para combatir las externalidades negativas creadas por algunas actividades o industrias.

Andalucía, la segunda

Según el Ministerio de Hacienda y Función Pública, la siguiente comunidad con más tributos propios es Andalucía, con ocho impuestos, aunque algunos de ellos no tienen efecto en la actualidad.

El Gobierno andaluz ha señalado que en 2020 recaudó 145 millones de euros con esas figuras impositivas.

Murcia mantiene seis impuestos propios: tres medioambientales (sobre emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, sobre vertidos a las aguas litorales y sobre almacenamiento o depósito de residuos), uno sobre los premios del bingo, el recargo sobre el de actividades económicas y el canon de saneamiento, cuya recaudación conjunta alcanzó en 2020 los 55,9 millones de euros.

Galicia cuenta en 2021 con seis tributos propios, con los que el pasado año sumó una recaudación de poco más de 80 millones de euros.

Igualmente, Asturias tiene seis figuras impositivas propias, con las que recaudó en 2020 algo más de 118 millones de euros.

Aragón mantiene cinco impuestos propios, todos ellos medioambientales -sobre la emisión de contaminantes a la atmósfera, las grandes áreas de venta, las instalaciones de transporte de energía eléctrica de alta tensión, sobre determinados usos y aprovechamientos de agua embalsada y sobre la contaminación de las aguas- con los recauda, en situaciones de normalidad, en torno a cien millones de euros.

También gestiona cinco tributos propios Extremadura, con los que en 2020 recaudó casi 115 millones de euros.

Canarias igualmente dispone de cinco impuestos propios, tres de ellos (el Impuesto General Indirecto Canario; el Arbitrio sobre la Importación y Entrega de las Mercancías, y el impuesto de matriculación) pertenecen al bloque de financiación del Régimen Económico y Fiscal de Canarias.

En cuanto a lo recaudado, los datos cerrados que dispone la Consejería de Hacienda del Gobierno de Canarias son de 2019, año en el que recaudó 2.210 millones de euros, de lo que 1.585 corresponden al Impuesto General Indirecto Canario, que sustituye al IVA.

La Comunitat Valenciana tiene cuatro impuestos propios, dos de los cuales los cobra directamente la Generalitat, uno lo cobra la empresa de saneamiento de aguas, y otro está aprobado pero aún no se aplica.

Sobre la iniciativa de la Comunidad de Madrid, desde el Gobierno valenciano aseguran que los tres impuestos que se van a suprimir suponen "el 0,2 % de la recaudación fiscal, esto es, 0,7 euros al año" por madrileño.

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, ha asegurado a EFE que la decisión de Ayuso es una "operación de humo" por la cuantía insignificante que supone para la recaudación de Madrid, y "con el peligro de que se traslade la impresión de que bajar impuestos, sin analizar más allá, es beneficioso para toda la ciudadanía, cuando la realidad es que una caída de recaudación implica ofrecer menos servicios a quienes más lo necesitan, o que esos ingresos tengan que llegar por otra vía".

Ha recordado que todas las comunidades no tienen la misma capacidad fiscal ni unas condiciones ventajosas para reducir su carga fiscal, "como ha quedado demostrado con Madrid con el efecto capitalidad", y ha reiterado que al hablar de impuestos hay que analizar a quién se le baja y qué servicios dejan de prestarse.

Baleares tiene cuatro impuestos autonómicos, de los que sólo se aplican actualmente dos: el impuesto sobre estancias turísticas, que grava las pernoctaciones vacacionales en las islas, y el canon de saneamiento de aguas residuales.

El Govern balear recaudó con estos gravámenes el año pasado 36,8 y 78 millones de euros, respectivamente, cantidades distorsionadas por la crisis de la pandemia de la covid, ya que en 2019 la recaudación del impuesto turístico fue de 131 millones de euros y la del canon de depuración de aguas de 85,7 millones.

La Rioja tiene tres impuestos propios, con los que en 2020 sumó una recaudación de algo más de doce millones de euros.

En Cantabria se aplican actualmente dos impuestos propios, por lo que se recaudaron en 2020 unos 27 millones de euros.

En Castilla-La Mancha existen dos impuestos propios, el Impuesto de Actividades que Inciden en el Medio Ambiente, con el que en 2020 se recaudaron 256.459 euros, y el canon eólico, que permitió ingresar casi ocho millones de euros en las arcas públicas el año pasado, han informado a EFE fuentes del Ejecutivo regional.

La Junta de Castilla y León, por su parte, no se plantea seguir los pasos de Madrid y eliminar sus impuestos propios vigentes -de carácter medioambiental que principalmente pagan las eléctricas.

En la actualidad, Castilla y León ingresa casi 63 millones de euros con el impuesto sobre la afección medioambiental causada por determinados aprovechamientos del agua embalsada, por los parques eólicos y por las instalaciones de transporte de energía eléctrica de alta tensión, y otros 7,6 millones con el Impuesto sobre la eliminación de residuos en vertederos, según los últimos datos aportados a EFE por la Junta.