Alcanzar un acuerdo sobre la reforma del sistema tributario mundial, con el punto de mira puesto en los gigantes tecnológicos y las multinacionales, es el principal objetivo de la reunión de ministros de Economía y Finanzas del G7 que desde el viernes y hasta este sábado se celebra en Londres. “No podemos seguir confiando en un sistema tributario diseñado en gran medida en la década de 1920", afirmó el ‘Chancellor’ británico Rishi Sunak, anfitrión del encuentro, el primero cara a cara desde hace dos años debido al coronavirus.

La reunión de representantes de algunos de los pises más ricos del mundo estuvo precedida por una carta de los ministros de España, Italia, Francia y Alemania comprometiéndose a establecer una posición común para la creación de un nuevo sistema fiscal internacional, “que sirva para el siglo XXI”. “La introducción de este sistema de tasación internacional más justo y eficiente ya era una prioridad antes de la actual crisis y va a ser aún más necesaria para salir de ella”, señalaba el texto. Además de los firmantes de la carta, a la reunión en Lancaster House, asisten los representantes de Estados Unidos, Japón y Canadá.

 Grandes expectativas

Desde hace años los países están tratando de llegar a un consenso para que compañías como Amazon, Facebook o Google paguen impuestos allí donde obtienen los beneficios. “Sólo voy a decir esto: el mundo se ha dado cuenta”, señaló Sunak en el discurso de bienvenida. “Creo que hay grandes expectativas sobre lo que podemos acordar aquí en los próximo días”.

Esta semana Estados Unidos anunció sanciones, que suspendió inmediatamente por un plazo de 180 días, para llevar a cabo nuevas discusiones en la cumbre de jefes de Estado del G-7 este mes de junio en Cornualles y la del G20 en julio. Washington propone una tasa mínima global corporativa de al menos el 15% si la compañía paga impuestos en algún lugar por debajo de este nivel.

Ni un euro en impuestos

La reunión en Londres ha coincidido con una información en 'The Guardian', según la cual la filial irlandesa de Microsoft (Microsoft Round Island One) no pagó ni un solo euro en impuestos el año pasado, a pesar de declarar un beneficio de 260.0000 millones de euros. La firma, gracias a los manejos de la ingeniera fiscal que utilizan las multinacionales, logró esquivar el pago instalando su residencia fiscal en Bermudas. Esa filial irlandesa no tiene empleados y sólo cuenta con directores.