Tiempo ha, la banca parecía un negocio sólido. De unos años a esta parte, todo son amenazas para este sector, que vive, se diría que hasta estupefacto, una situación de tipos de interés en negativo, pero que además padece un exceso de estructura y los efectos de la pandemia a poco de recuperarse de la Gran Recesión. Todos ellos son factores que han puesto en jaque la rentabilidad y que están detrás de la nueva ronda de fusiones, con la de Bankia y CaixaBank en primer lugar. Hay un cuarto condicionante encima de la mesa: la irrupción de lo digital y las nuevas tecnologías que han trastocado de forma definitiva a esta actividad, en especial en su relación con la clientela.

El experto en el sector financiero y director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Joaquín Maudos, asegura que "entre los muchos retos a los que se enfrenta la banca para hacer frente a su problema de baja rentabilidad está la competencia de operadores no bancarios, y en especial las tecnológicas, entre las que están las bigtech (como Google, Amazon, Facebook y Apple) y las fintech. En el primer caso, esa amenaza dependerá de la regulación (debería ser igual de estricta para las bigtech si hacen banca). Y en el caso de las fintech, son más aliados que competidores, como demuestra la inversión que la propia banca está haciendo en ese tipo de empresas. Las fintech dan respuesta a peticiones de los clientes, que exigen cada vez más servicios por canales distintos al tradicional de la oficina bancaria. Y crean valor que también es fuente de ingresos para los bancos. Y con la experiencia de la covid, que ha impulsado y mucho el uso de la banca digital (incluyendo las apps), la banca debe apostar por las fintech como fuente de ingresos y para hacer frente a sus competidores".

¿Qué están haciendo las grandes entidades financieras de España? Pol Navarro, CEO de InnoCells, el hub de innovación de Banco Sabadell, expresa una especie de ley general que prácticamente se observa en las mayores firmas de España y que responde no solo a la necesidad de acometer cambios para no quedarse atrás en el trepidante mundo de las nuevas tecnologías, sino de hacerlo a marchas forzadas: "Para innovar rápido tienes que aliarte con firmas más pequeñas por flexibilidad y velocidad, dado que estas se concentran en un nicho de mercado. Nosotros les podemos dar a cambio el acceso a la clientela y canales de distribución". Dicho de otro modo, lo que se produce es una sinergia. Ignacio Cea, director corporativo de innovación y ciberseguridad de Bankia, añade que una gran compañía "puede hacer lo de siempre, que es abrir un departamento propio de innovación, que es lento, o ir a una innovación abierta. Abrir un mecanismo para colaborar con otras empresas, como las fintech. En el banco somos 15.000 cabezas pensantes, pero en el mundo hay 7.500 millones de personas". En relación con esto, Manuel Silva, socio director de Mouro Capital, el fondo de capital emprendedor a través del cual el Santander invierte en fintech, apostilla que esta entidad "tiene una estrategia de innovación interna muy fuerte, pero la innovación que acontece fuera de las fronteras del banco, originada por pequeñas compañías de base tecnológica, puede marcar las tendencias del futuro. Invertir en esas startups en fases tempranas es la mejor forma de tener estas nuevas tendencias en el radar, aprender de los emprendedores que las impulsan y en algunos casos promover vías de colaboración entre Santander y dichas empresas, ya sea comercialmente, por vías de cocreación de soluciones, o de distribución a consumidores de Santander, por dar algunos ejemplos de casos de uso".

Es, en realidad, lo que están haciendo en su mayor parte sus competidores, que, por diferente vías, tienen en la participación en este tipo de empresas emergentes una de sus claves de futuro. Fuentes de BBVA aseguran a este diario que "estas inversiones contribuyen positivamente en términos de desarrollo de competencias 'core', nuevos productos digitales, nuevas plataformas y modelos de relación puramente digitales. En general, las startups en las que hemos invertido han desarrollado con éxito nuevas formas de hacer negocios en la banca y se han dirigido a clientes y flujos de ingresos que BBVA no había aprovechado anteriormente". Esta entidad utiliza dos canales: la inversión directa, como la que tiene en Atom Bank, el primer banco del Reino Unido construido para teléfonos inteligentes, o la que realiza a través de su fondo de capital riesgo Propel, que participa en más de 30 empresas, como Coinbase (una plataforma de transacción de bitcoin) o Hipoo (un buscador de hipotecas).

Hay otros senderos. Cea, de Bankia, que asegura que el banco "no busca un beneficio financiero, sino industrial, porque no invertirmos para que en unos años otra compañía compre nuestra participación en una fintech", recuerda que esta entidad mantiene en la Marina de València un pionero hub de innovación tecnológica junto a la gestora Innsomnia desde 2016 que se rige por la siguiente pauta: "Detectamos una serie de necesidades internas y luego realizamos una convocatoria en Bankia Fintech que nos pueda ayudar a conseguirlas. Elegimos a las firmas que presentan una tecnología y unas soluciones acordes con nuestro plan estratégico. Se trabaja con ellos y luego se hace una prueba con nuestros clientes. Si interesa a las personas, vamos un paso más allá con esa empresa, porque invertimos en ella, cerramos un acuerdo comercial o firmamos una joint venture". En las seis convocatorias realizadas hasta la fecha, han participado 700 empresas de 30 países. 65 proyectos han ido para adelante y veinte de ellos han terminado trabajando con el banco. Por ejemplo, la valenciana Logic Value, que permite a Bankia mejorar la gestión de fondos. Otra firma les ha aportado herramientas para mejorar las alertas tempranas de impago y una tercera ayuda en técnicas de marketing a través del móvil.

Ejemplos

Son algunos ejemplos del retorno (no financiero) que la apuesta por las fintechs está aportando a los grandes bancos con una inversión dispar. En Bankia, el dinero destinado a innovación varía entre los dos y los tres millones de euros. En el Banco Sabadell, el total invertido en fintech asciende a 30 millones, según explica su directivo Pol Navarro. La entidad ha invertido hasta la fecha en 15 fintech del Reino Unido y España en las que sigue en su accionariado. Otras dos compañías -PayComet e Instant Credit-, cuyos "productos nos complementaban", han pasado a convertirse en filiales del banco.

También participa en dos fondos, uno estadounidense (Base10) y otro israelí (Cardumen), especializados en inteligencia artificial y seguridad de datos, y en la aceleradora Antai Venture Builder. Navarro asegura que la entidad catalana busca tres tipos de retornos con estas inversiones: multiplicar a futuro el capital, que la fintech "nos ayude a mejorar la oferta del banco con sus soluciones" y "aprender de estas compañías, que nos dan un conocimiento de negocios donde no está el banco". Y pone el ejemplo de Nemuru, que les ha permitido ofrecer soluciones de financiación en el punto de venta, es decir, que da al cliente la opción de pagar un producto o servicios en tres plazos. Otro caso es el de BiometrixVox, que ha desarrollado una solución que permite hacer contratos con la voz.

Mientras BBVA no quiere precisar qué contribuciones de las firmas fintechs ha introducido en su negocio, desde el Santander Manuel Silva detalla "algunos éxitos importantes relacionados ya sea con la implementación de tecnologías de nuestra cartera en el banco o con la creación de negocios conjuntos. Por mencionar algunos casos, Santander ha implementado las tecnologías de atención automatizada a clientes de la israelí Personetics, ha originado préstamos para coches a través de los procesos de compra en línea de coches de la americana Autofi, ha basado un negocio de conversión de divisas sobre tecnología de Ripple o ha mejorado su proceso hipotecario mediante tecnologías de la también americana Roostify". Su vehículo, Mouro Capital, dispone de un fondo de capital riesgo de 330 millones de euros con un horizonte de varios años, aunque sus inversiones van de los 1,5 a los 12 millones.

¿Y qué está haciendo el que será el primer banco de España cuando absorba a Bankia? CaixaBank apunta que impulsa iniciativas de co-creación con startups y fintechs y cita de manera especial la plataforma móvil para jóvenes imagin, que además de servicios financieros ofrece a sus usuarios contenidos digitales relacionados con el estilo de vida, como música o videojuegos.