La fusión con CaixaBank pondrá fin a las limitaciones salariales de la cúpula y los directivos de Bankia, cuyos sueldos fijos no podían superar el medio millón de euros desde el rescate de la entidad en 2012, o los 800.000 euros incluyendo la retribución variable.

En el acuerdo de fusión se recoge que los sistemas retributivos aplicables en la sociedad resultante a los consejeros ejecutivos, altos directivos y demás categorías de personal cuya actividades profesionales incidan significativamente en el perfil de riesgo estarán sujetas al régimen general de las entidades de crédito.

Por lo tanto, la integración acabará con el tope salarial impuesto a todas las entidades que recibieron ayudas públicas por parte del Ministerio de Economía en 2012, con Luis de Guindos al frente de la cartera, y permitirá elevar las retribuciones.

Esto supondrá previsiblemente un salto exponencial en los emolumentos de los directivos de Bankia, que posiblemente percibirán mayores sueldos así como otros complementos a los que no podían acceder en la actualidad, como aportaciones a planes de pensiones.

Hasta ahora el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha cobrado como máximo 800.000 euros al año en la entidad, por debajo de los 1,15 millones que cobró en metálico el presidente de CaixaBank, Jordi Gual, en 2019.

Ahora está por ver lo que le corresponderá a Goirigolzarri como presidente ejecutivo de CaixaBank cuando culmine la absorción de Bankia y qué sucede con el actual consejero delegado de Bankia, José Sevilla, si acaba ocupando un puesto directivo de relevancia en el futuro organigrama del nuevo grupo.

En los últimos años, Sevilla ha cobrado igualmente 800.000 euros como máximo por sus funciones en Bankia, muy por debajo de la retribución del consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, quien recibió 3,08 millones de euros el pasado año.

La desaparición del tope salarial para los directivos de Bankia recuerda a lo que ya sucedió tras la absorción de CatalunyaCaixa por parte de BBVA, que también produjo la eliminación del límite salarial que se aplicaba en la primera entidad.