Casi todo está en el aire. Los apoyos que tendrá el Gobierno, si es que los llega a tener, para los próximos Presupuestos Generales del Estado. El contenido de las cuentas públicas. Y qué medidas se priorizarán y cuáles se aparcarán entre las incluidas en el pacto de coalición que firmaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias el pasado diciembre, antes de la pandemia del coronavirus, cuando la situación de España era completamente distinta. El Ejecutivo, de momento, deja todas las puertas abiertas, jugando a la equidistancia entre su izquierda y su derecha, subrayando que ahora lo importante es la "unidad", las iniciativas en sí mismas y no quiénes las propone, y advirtiendo que lo acordado entre el PSOE y Unidas Podemos tiene que "adaptarse a las circunstancias del momento".

Aunque la Moncloa intenta elevarse sobre los vetos entre las distintas fuerzas políticas, el mensaje no termina de calar. Aún queda mucho para los Presupuestos, que en principio se presentarán en octubre, pero la suma que propone la parte socialista del Gobierno, que incluiría tanto a ERC como a Cs, parece muy difícil. El partido de Iglesias pide priorizar a los grupos que permitieron la investidura de Sánchez (como los republicanos, el PNV, Más País y Compromís) frente a los liberales, que desde que estalló la crisis sanitaria han llegado a numerosos acuerdos con el Ejecutivo sobre el estado de alarma y la llamada "nueva normalidad". La formación de Inés Arrimadas asegura que nunca apoyará unas cuentas públicas que incluyan las iniciativas "surrealistas" de los morados. Y ERC insiste en que nunca estará en ningún proyecto que incluya a Cs. Su portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, ha reclamado este martes al Gobierno que elija, porque "los dos no pueden ser".

Pero el Gobierno no elige, al menos ahora. "Nunca ha habido un momento más adecuado para ponernos de acuerdo. Es ahora o nunca. No hay ningún elemento que pueda anteponerse al interés general. Tenemos que explorar todas las opciones posibles. No es el momento de los matices, pero tampoco de los vetos cruzados. Lo fundamental es saber qué queremos para los próximos años, más que quién ha puesto una propuesta encima de la mesa", ha señalado tras el Consejo de Ministros la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero.

"Tenemos un acuerdo estable, firmado con los grupos que permitieron la investidura. Pero el momento obliga a abrir la negociación al conjunto de las fuerzas políticas", ha continuado la también ministra de Hacienda. Preguntada directamente sobre si prefería a Cs o a ERC, Montero ha eludido contestar en un par de ocasiones. "En este momento lo importante es que estemos de acuerdo en las medidas con unas cuentas de unidad, que contribuyan a la reconstrucción. No ha habido ningún momento en la historia que justifique más la unidad que este", ha insistido.

La mesa de diálogo

La portavoz ha hecho guiños a republicanos y liberales. A los primeros, les ha reiterado que la mesa sobre el "conflicto político" en Catalunya, pactada a cambio de la abstención de ERC en la investidura de Sánchez, se reunirá el próximo mes. Pero no ha puesto fecha, pese a que el 'vicepresident' de la Generalitat, Pere Aragonès, pidió el pasado lunes que la cita se celebrase antes del 15 de julio. Tampoco ha fijado el lugar, a pesar de que en el anterior encuentro de la mesa, en enero, Sánchez se comprometió con Quim Torra a que sería en Barcelona.

En un mensaje dirigido tanto a Cs como a Podemos, sus socios de coalición, Montero ha dejado claro que lo pactado entre Sánchez e Iglesias tiene que "adaptarse" a las "circunstancias" actuales, no previstas cuando se firmó el acuerdo. "Hay que modular la hoja de ruta prevista para adecuarla a la situación", ha explicado la portavoz. "No es que el Gobierno vaya a modificar ese acuerdo. No. Ese acuerdo impregna la totalidad de las acciones del Gobierno -ha continuado-. Se tiene que priorizar y adaptar a las exigencias del momento. Habrá que escoger de toda esa batería de medidas aquellas que más contribuyen a la reconstrucción de nuestro país. No se trata de modificar, sino de priorizar y adaptarnos".

Según fuentes de la Moncloa, probablemente habrá que aparcar algunas medidas de gastos incluidas en el acuerdo, y no tanto las fiscales, debido al enorme esfuerzo que se ha hecho en este campo desde que llegó el covid-19 a España. Este mismo martes, por ejemplo, el Ejecutivo ha aprobado el ya anunciado fondo no reembolsable para las autonomías, dotado de 16.000 millones de euros. Y ha habido otras iniciativas incluidas en el texto que firmaron Sánchez e Iglesias que estaban pensadas para más adelante, pero se han adelantado, como el ingreso mínimo vital.