El mercado laboral siguió registrando contratos laborales durante abril, pero el confinamiento por el coronavirusy la hibernación de la economía hicieron que se marcara el menor número del histórico, si bien se mantuvo el peso predominante de los temporales, que fueron más de nueve de cada diez de los firmados.

El número de contratos registrado durante el mes de abril se situó en 673.149, la menor cifra desde el año 2006, según los datos disponibles en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

Se encuentra además muy por debajo de la barrera del millón mensual, que sólo había sido rebajada en tres ocasiones: en lo más duro de la crisis económica (febrero y marzo de 2013) y al inicio de la misma, en agosto de 2009, cuando se registró el anterior mínimo histórico con 944.957 contratos en un mes.

La contratación de abril es un 46,4% inferior a la registrada en marzo, mes en el que comenzó a impactar la parálisis de la economía, después de que se declarara el estado de alarma el 14 de marzo, mientras que es un 61,9% más baja que la contabilizada en el mismo mes de 2019 cuando se firmaron 1,7 millones.

Esas cifras -entre 1,5 y 2 millones de contratos al mes- suelen ser las habituales en el mercado laboral español, marcado por una elevada rotación y temporalidad, ya que, además, buena parte de esos acuerdos laborales son de menos de una semana de duración.

De los contratos firmados en abril, en pleno confinamiento e hibernación de la economía, 614.107 fueron temporales, cifra que representa el 91,33% del total, y 59.042 fueron indefinidos. De esta forma, pese al escaso número de contratos registrado se mantuvo el peso de la temporalidad, dado que tanto indefinidos como temporales se han recortado en un 60% respecto a hace un año.

Según explicó el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, estos datos dan una idea precisa del enorme descenso de actividad que ha exigido afrontar la crisis de la Covid-19.

Asimismo, "ponen en evidencia el riesgo de la precarización tradicional del mercado de trabajo por su principal lacra: la temporalidad", que alcanza al 25% del empleo según la encuesta de población activa (EPA).

De vuelta a los datos, la mayoría de los contratos se firmaron en el sector servicios (326.923, un 74,16% menos que hace un año), seguido por la agricultura (186.041, un 13,27% menos), la industria (92.512, un 49,8% menos) y la construcción (67.673, un 33% menos).

De esta forma, el sector servicios ha perdido peso respecto a la tradicional composición del mercado laboral en la que protagonizaba el 70% de los contratos, en favor del resto, sobre todo de la agricultura, que ha pasado del 12% al 28%.

Dentro de los temporales los más numerosos fueron los contratos por obra y servicio (313.536), seguidos por los eventuales por circunstancias de la producción (241.679).

Además siguen predominando los contratos de muy corta duración, de forma que uno de cada tres tuvo una duración inferior al mes y un 15% apenas alcanzó la semana de vida.

Por actividades, el mayor número de contratos se contabilizó en la agricultura, ganadería, caza y silvicultura (47.527), seguida por la asistencia en establecimientos residenciales (27.794), el comercio minorista (23.162), la industria de la alimentación (19.747) y las actividades sanitarias (19.226).