Torre Pacheco ha puesto coto a las bajas temerarias en la licitación pública. El Consistorio ha establecido una limitación en los pliegos de condiciones y deja de puntuar a las empresas que tiran a la baja los precios de sus ofertas para conseguir el contrato, con el fin de evitar los problemas que surgen cuando el presupuesto de la adjudicación se queda corto.

La práctica establecida por el Ayuntamiento murciano dio lugar a un recurso ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales, el órgano del Ministerio de Hacienda encargado de dirimir las reclamaciones suscitadas por los concursos públicos, que ha dado la razón al Ayuntamiento. La resolución también ha sido aplaudida por la asociación de empresas de ingeniería Fidex, que destaca los graves problemas a los que se enfrentan las instituciones públicas cuando la adjudicataria se queda sin dinero.

El Tribunal reconoce que ha cambiado el criterio mantenido con anterioridad y argumenta que «cuando se valoran elementos o parámetros distintos del precio, no necesariamente la oferta con el precio más bajo es la mejor». Permite fijar un porcentaje máximo de baja a partir del cual el licitador ya no podrá obtener mayor puntuación.

El alcalde de Torre Pacheco, Antonio León, explicó que el Gobierno municipal «lo saca todo a licitación, aunque sea para comprar un bolígrafo», y se muestra satisfecho con la decisión del Tribunal de Recursos Contractuales, porque al poner límites a las bajas en las ofertas de las empresas que se presentan a los concursos públicos «permite que se tenga más en cuenta la calidad y la cualificación» de los servicios que ofrecen los postores.

Antonio León recuerda que «la Ley de Contratos Públicos ya obligaba a justificar las bajas» sobre los presupuestos que salen a licitación. Considera que la resolución «viene a quitar peso a la oferta económica» y permite valorar otros parámetros.

Por otra parte, Fernando Argüello, director general de Fidex, que agrupa a 11 grandes empresas españolas de ingeniería, ha aplaudido la decisión del Tribunal de Recursos Contractuales, porque pone coto a las bajas temerarias.

Argüello destaca que la resolución al recurso presentado por una consultora contra un concurso convocado por el Ayuntamiento de Torre Pacheco para contratar un servicio de asesoramiento jurídico abre la puerta a todas las instituciones públicas para introducir en los pliegos de condiciones de los concursos el llamado «umbral de saciedad», a partir del cual dejan de puntuar las ofertas presentadas, por baratas que sean.

El representante de la organización empresarial defiende que no tiene sentido adjudicar un contrato a una empresa que se ofrece a hacer una obra con una rebaja del 60% en el presupuesto que ha sido calculado por los técnicos municipales. «Las empresas más desesperadas presentan las bajas más temerarias, pero después acaban perdiendo dinero, lo que ha llevado a muchas de ellas a la quiebra. Eso es un problema para la Administración», concluyó.