Fue la cara más conocida de una saga empresarial valenciana que en los años ochenta y noventa era el emblema de la economía autonómica. José Lladró ha fallecido hoy a los 91 años en Valencia, dos después de que lo hiciera su hermano mayor, Juan, según han confirmado fuentes de la Asociación Valenciana de Empresarios, de la que fue uno de los fundadores.

El empresario nació en Almàssera, hijo de los agricultores Juan Lladró Cortina y Rosa Dolz Pastor. A los quince años dejó junto a su hermano Juan la formación para empezar a trabajar en Azulejera Valenciana. Después de un breve intervalo para cumplir con el servicio militar, Lladró volvió a Valencia con fama de artista y escultor. Ello le valió para entrar en la fábrica Víctor Nalda junto a sus hermanos Juan y Vicente. En esa firma los hermanos Lladró aprendieron y desarrollaron sus dotes como escultores.

Los hermanos empezaron a crear sus propias esculturas en un pequeño horno construído en el patio de la casa paterna. En la década de los 50, consiguieron reunir el dinero necesario para crear su propio negocio. Así fue como los Lladró fraguaron, en 1953, lo que se convertiría en una empresa de renombre y de vocación universal. Con el tiempo, aquel pequeño negocio de esculturas clásicas se transformó en un entramado de empresas de actividad diversificada, con negocios inmobiliarios y agrarios, y hasta complementos de piel.

No obstante, la empresa que fabrica las porcelanas, en un proceso enteramente artesanal, continuaría siendo el buque insignia de Lladró en la Ciudad de la Porcelana, un complejo levantado en las afueras de València.

En 1959, la empresa se trasladó a una nave de la población vecina de Tabernes Blanques, porque la demanda había superado las expectativas, allí nacieron las tres hijas de José, Rosa María, María del Carmen y María José, fruto de su enlace matrimonial con Carmen Castelló.

El 18 de septiembre de 1988 se inauguró el Museo y Galería Lladró de Nueva York, en un edificio restaurado de los años veinte en la calle 57 de Manhattan. Fue todo un hito y el punto álgido de una trayectoria que con el cambio de siglo inició un lento declive.

En 2007, la familia Lladró decidió romper la sociedad. Las tres ramas de la familia, que se repartían la empresa al 33%, alcanzaron un acuerdo societario por el que Juan Lladró y sus cuatro hijas pasaron a contar con el 70% de la división histórica de la compañía, Lladró Comercial, mientras José y Vicente se repartieron el 30% restante junto con el resto de los activos que poseía el grupo. En 2017, los hermanos vendieron su participación en la histórica firma a PHI Industrial.