El hasta ahora presidente de Renault, Carlos Ghosn, encarcelado en Japón desde hace más de dos meses por irregularidades al frente de Nissan, presentó su dimisión este jueves, horas antes de que el consejo del grupo francés se reuniera para destituirlo y nombrar un nuevo equipo directivo.

El anuncio de la dimisión de Ghosn lo realizó el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, que se encuentra actualmente en el Foro Económico de Davos, indicaron a Efe fuentes de su gabinete.

Le Maire confirmó esa renuncia -que se daba por hecha desde comienzos de la semana- poco antes de que el consejo de administración del fabricante automovilístico se reúna a partir de las 10.00 horas locales (9.00 GMT) en su sede a las afueras de París para decidir la nueva estructura directiva de la empresa.

El esquema que aparece como el más probable en los últimos días es una presidencia no ejecutiva que recaería en el hasta ahora "número uno" del fabricante de neumáticos Michelin, Jean-Dominique Senard.

La dirección general operativa estaría en manos, según esa misma hipótesis, de Thierry Bolloré, quien ya ha estado ejerciendo esas funciones con carácter provisional desde la detención de Ghosn en Japón, y que era el brazo derecho de éste.

El primer reto de la nueva cúpula de Renault será restablecer la confianza con Nissan, ya que la crisis generada por la detención en Tokio de Ghosn el pasado 19 de noviembre ha puesto en evidencia las fricciones entre los socios de la alianza que constituyen junto a Mitsubishi.

Los japoneses asumen con dificultad la situación actual en la que Renault es su primer accionista destacado, con un 43 % del capital, mientras que Nissan tiene únicamente un 15 % de las acciones de Renault, y sin derecho de voto.

Un malestar exacerbado por el hecho de que el principal accionista de Renault sea el Estado francés, que tiene un 15,01 % y un 22 % de los derechos de voto.