El grupo automovilístico Volkswagen estudia reclamar una indemnización multimillonaria a su expresidente Martin Winterkorn por los daños derivados del escándalo de la manipulación de datos de los motores diésel, según informa la edición dominical del diario Frankfurter Allgemeine.

Estas informaciones siguen a las acusaciones de la Justicia de EEUU contra el exmáximo responsable del grupo y proceden del entorno jurídico del presidente del consejo de vigilancia de VW, Hans Dieter Pötsch.

Los daños causados a la empresa con el escándalo se calcula en miles de millones, prosigue el diario, según el cual Winterkorn percibió como jefe del grupo unos 100 millones de euros, a los que se suman los 30 millones que le corresponden de pensión.

Contra Winterkorn, de 70 años, ha presentado una acusación formal un tribunal de Michigan (EEUU) por conspiración y fraude electrónico en relación con el prolongado plan de VW "para burlar los requisitos de emisiones de vehículos diesel de Estados Unidos".

El fraude afectó a centenares de miles de consumidores estadounidenses y la imputación formal se realizó el pasado marzo, aunque permaneció bajo secreto de sumario hasta el pasado jueves para no afectar a la investigación.

Según la imputación, Winterkorn fue responsable directo de autorizar los intentos de otros empleados de VW para engañar a las autoridades estadounidenses sobre las emisiones reales de los motores diésel del grupo automovilístico.

Los motores, que emitían en condiciones reales de circulación óxidos de nitrógeno en cantidades muy superiores a lo permitido por la legislación estadounidense, contaban con un software que detectaba cuando estaban siendo sometidos a pruebas de emisiones.

Cuando el software detectaba las pruebas, reducía el rendimiento del motor para que las emisiones de óxidos de nitrógeno se ajustasen a los máximos permitidos en Estados Unidos.

Los fiscales estadounidenses señalan que en julio de 2015, Winterkorn fue informado de la manipulación de los motores diésel y del mecanismo utilizado para hacerlo, y que durante la reunión se discutieron "las consecuencias potenciales" si VW era descubierta.

A principios de septiembre de 2015, VW admitió que centenares de miles de vehículos de las marcas del grupo equipados con motores diésel de 2 litros estaban equipados con el software para burlar las pruebas de emisiones, a lo que siguió la dimisión de Winterkorn.

Las investigaciones de la Justicia estadounidenses discurren en paralelo a las que emprendieron en Alemania otros departamentos fiscales, tras estallar el escándalo del llamado "diéselgate".