El turismo español crecerá este año un 3,1 %, un punto menos de lo previsto, si persiste la actual tendencia de caída de las reservas de un 20 % en Cataluña por el desafío soberanista, según la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur.

Mientras que los atentados del 17-A en Cataluña apenas han afectado al turismo catalán, generando caídas de negocio a corto plazo de menos de un 5 %, del que un 74 % ya se había recuperado en septiembre, el impacto negativo que ha acusado el sector desde los preludios del referéndum del 1 de octubre ya representa descensos en torno al 15 %.

Asimismo, se observa "un freno significativo" de las múltiples inversiones que estaba previsto que arrancaran a corto plazo, ha explicado hoy el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, en una rueda de prensa.

De cara al último trimestre del año, las reservas ya registran en Cataluña un retroceso del 20 %, por lo que, de seguir la actual tendencia, el sector en la comunidad sufriría un descenso de su volumen de negocio de 1.197 millones de euros en el escenario más moderado.

Si la situación de volatilidad y altercados se agrava en los próximos meses, y ello se traduce en una imagen de conflictos permanentes e inseguridad ciudadana, el impacto negativo alcanzará los 1.796 millones de euros, al bajar la actividad turística un 30 % en vez de un 20 %, añade.

Zoreda ha hecho hincapié en que, "de seguir esa deriva turística que hace muy impredecible cuantificar con precisión el alcance final de sus efectos inducidos", en cualquier caso, se vería afectado el empleo, con 405.000 personas que dependen del turismo, y sus efectos podrían impactar en otros sectores.

La situación en Cataluña no ha afectado por el momento a la evolución de las ventas y reservas del resto de destinos turísticos españoles, que "siguen creciendo de forma notable, muy en especial Madrid, que ya pudiera estar captando alguna reunión o flujos de turistas" desde Barcelona, ha dicho Zoreda.

Pero hay que tener en cuenta el peso que tiene la comunidad sobre el conjunto del turismo de España, ha añadido.

Al conflicto catalán se suman, no obstante, otros factores que han llevado a los empresarios turísticos a tener más cautela ante las previsiones de ventas para el último trimestre de 2017.

Entre ellos destaca la ralentización del consumo turístico de los británicos; la recuperación de destinos competidores de España como Turquía y Egipto -que crecen en verano a un 45 %- y de principales ciudades europeas, cuyo turismo se había visto afectado por el terrorismo.

Así, han disminuido en España los turistas franceses e italianos, "muy propensos" a viajar al norte de África, lo que se ha visto compensado, sin embargo, por la subida de la demanda de los visitantes rusos, de países del Este, nórdicos y larga distancia.

También se ha ralentizado el mercado interno para los destinos españoles y, en cambio, se ha acelerado para las salidas al exterior, ha agregado Zoreda.

Pese a ello y a la contestación social al turismo en algunos destinos o las huelgas en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, España ha cerrado una "excelente" temporada veraniega, con un incremento del PIB turístico del 4,2 % y del 4,6 % del ritmo de creación de empleo en septiembre, lo que supone 76.091 personas más.

Las empresas turísticas han cerrado un verano con una mejora de los resultados gracias a la subida de los precios en la mayor parte de subsectores, salvo en el transporte, ha señalado Zoreda.

Los segmentos con mejor evolución en verano han sido los hoteles urbanos y de costa, así como el sector del ocio.

Mientras que por comunidades autónomas ha destacado la rentabilidad de Baleares y el crecimiento de Madrid, Galicia, Cantabria y Cataluña hasta el 1 de octubre pasado.