El exvicepresidente del gobierno Rodrigo Rato ha defendido hoy la contratación en Caja Madrid tanto de su excuñado, Santiago Alarcó, como de su secretaria personal, Teresa Arellano, y ha explicado al juez que instruye la causa que esta obedece a "una denuncia falsa" y que contiene "inexactitudes".

En declaraciones a Efe, Rato ha explicado que ha reiterado al juez que la denuncia presentada contra él en abril de 2015 "era falsa y contenía importantes inexactitudes, que deberían haber sido comprobadas por la ONIF en los registros de Hacienda".

El titular del juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, investiga al exministro por varios delitos, entre ellos blanqueo, corrupción entre particulares y administración desleal, y en una pieza separada, trata de aclarar los detalles de la contratación Alarcó y Arellano.

Sobre el primero, Rato ha indicado que el ingreso de Alarcó en Caja Madrid "fue muy beneficioso para la entidad, particularmente en temas como la liquidez y el manejo del balance, ya que la caja carecía entonces de profesionales con su experiencia internacional".

Y sobre Arellano, ha señalado que "contaba con una amplia experiencia de mas de dieciséis años en servicios de máxima responsabilidad y representación, y que sus condiciones laborales fueron negociadas por ella directamente con Caja Madrid".

Santiago Alarcó y Teresa Arellano también han declarado hoy ante Serrano-Arnal, así como Carlos Stilianopoulos, actualmente director general de Beka Finance, antes Bankia Bolsa, y que en el momento en el que se realizaron las contrataciones, en 2011, formaba parte del Comité de Activos y Pasivos, que supervisaba estas incorporaciones.

La presencia de Alarcó en Caja Madrid fue "muy beneficiosa para la entidad", ha explicado Rato, particularmente "en temas como la liquidez y el manejo del balance, ya que la caja carecía entonces de profesionales con su experiencia internacional".

Alarcó "es un profesional de larga y reconocida trayectoria en mercados internacionales, que trabajó eficazmente con los equipos de la caja en un momento de cambio histórico de las condiciones financieras europeas y españolas".

Además, Rato ha alegado que su contratación se llevó a cabo a través del Comité de Medios, en el que no participó "jamás", y, en relación con su salario, éste fue revisado en dos ocasiones por dicho Comité, un órgano al que no se dirigió en ningún momento ni opuso salvedad u objeción alguna sobre las condiciones del contrato.

El sumario recoge los sucesivos incrementos salariales percibidos por Santiago Alarcó, que comenzó cobrando 120.000 euros anuales en 2011 y dos años después llegó a ganar más de 480.000 euros.

Por lo que respecta a las condiciones laborales de Teresa Arellano, "fueron negociadas por ella directamente con Caja Madrid" y en su revisión, que se hizo "en función de una ampliación de responsabilidades y cargos que ella asumió con el beneplácito del Consejo de Administración", tampoco tuvo intervención alguna.

Los términos del contrato de Arellano reflejan una retribución de 110.000 euros en 2010, de 213.000 euros en 2011 y de 374.500 euros en 2012, así como una indemnización por despido de 339.619 euros, con una antigüedad reconocida de doce años, aumentos que, a tenor de la Fiscalía, podrían suponer un ejemplo de administración desleal.

Pero además de su papel en Bankia, otra de las incógnitas está en la cuenta bancaria a nombre de la exsecretaria, supuesta apoderada de varias sociedades de la trama con la que Rato habría presuntamente cometido un delito fiscal en las Islas Caimán, donde este habría realizado una transferencia en 1998.