La economía de la Unión Europea crecerá este año un 1,8% (una décima más de lo calculado en febrero), mientras que la eurozona avanzará un 1,5% (dos décimas más). El crecimiento seguirá acelerándose en 2016 hasta el 2,1% en la UE y el 1,9% en la eurozona, según las previsiones económicas de primavera publicadas este martes por la Comisión.

Bruselas ha mejorado sus cálculos gracias a los bajos niveles del petróleo, el crecimiento mundial sostenido, la depreciación del euro y el impacto del programa de compra de deuda del Banco Central Europeo. También contribuyen a la revisión al alza la posición presupuestaria neutra en el conjunto de la UE y las reformas estructurales.

En contraste con esta mejora general, el Ejecutivo comunitario ha recortado en dos puntos (del 2,5% al 0,5%) su previsión de crecimiento para Grecia debido a la incertidumbre generada por el bloqueo de las negociaciones entre el nuevo Gobierno de Syriza y la troika sobre el rescate. Esta previsión empeorada sólo es válida, según avisa Bruselas, en el caso de que finalmente haya un acuerdo que permita seguir adelante con el rescate.

Según las previsiones de la Comisión, en 2015 todos los Estados miembros de la UE registrarán cifras positivas de crecimiento salvo Chipre (cuya economía todavía cae un 0,5%). Los países que más crecen son Irlanda y Malta (ambos al 3,6%). Entre los grandes, el ranking lo encabeza Polonia (3,3%), seguida de España (2,8%), Reino Unido (2,6%), Alemania (1,9%), Francia (1,1%) e Italia (0,6%).

"La economía europea no evolucionaba tan bien desde hace varios años, con una recuperación favorecida a la vez por factores externos y por medidas que empiezan a dar sus frutos", ha dicho el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. "No obstante, deben hacerse esfuerzos suplementarios para que esta recuperación no sea un fenómeno coyuntural. Es importante realizar las inversiones y las reformas esperadas y no desviarse de las políticas de responsabilidad presupuestaria para crear los empleos y el crecimiento sostenible que Europa necesita", ha avisado.

Bruselas prevé que la inflación se mantenga prácticamente nula durante el primer semestre de 2015 por los efectos principalmente de la caída de los precios de la energía. El nivel de precios aumentará durante el segundo semestre y todavía más en 2016 por el refuerzo de la demanda interna, la reducción del excedente de capacidad de producción, la atenuación de los efectos de la caída de los precios de las materias primas y el aumento del coste de las importaciones por la depreciación del euro.

De este modo, la inflación anual tanto en el conjunto de la UE como en la eurozona pasará del 0,1% de media este año al 1,5% en 2016.

Bruselas prevé también una "lenta mejora" en el frente del paro. La tasa de paro tanto en la UE como en la eurozona se reducirá durante este año, a medida que la mejora de la situación del empleo se extienda a los diferentes sectores de actividad, hasta alcanzar respectivamente el 9,6% y el 11%. En 2016, esta tendencia se reforzará gracias a la mejora del crecimiento, en particular en los países que han reformado su mercado laboral, y el nivel de desempleo bajará hasta el 9,2% en la UE y el 10,5% en la eurozona.

Déficit

Las perspectivas presupuestarias en la UE y en la eurozona siguen mejorando gracias al ajuste de los últimos años, al refuerzo de la actividad económica y a la disminución de la carga de intereses de la deuda pública. Pese a una posición presupuestaria globalmente neutra, el déficit en la UE pasará del 2,9% en 2014 al 2,5% este año y al 2% el que viene. En la zona euro la disminución será desde el 2,4% en 2014 al 2% en 2015 y al 1,7% en 2016. El nivel de deuda pública alcanzará sus máximos en 2014 y empezará a bajar hasta situarse en el 88% del PIB en la UE y en el 94% en la eurozona en 2016.

El crecimiento de la economía europea podría ser mayor que estas previsiones si los factores favorables persisten o se incrementan, según Bruselas. No obstante, podría empeorar si se agravan las tensiones geopolíticas o en caso de turbulencias financieras resultantes, por ejemplo, de la normalización de la política monetaria en EEUU. El programa de compra de deuda del BCE y la revisión al alza del crecimiento han reducido los riesgos sobre las perspectivas de inflación, señala el Ejecutivo comunitario.