Gobierno y sindicatos siguen hoy negociando un acuerdo social que incluya la reforma del sistema de pensiones, mientras el tiempo se agota sin que todavía haya resultados visibles de unas reuniones que continuarán mañana lunes si hoy no dan fruto.

La voluntad de acuerdo de ambas partes es lo que les mantiene sentados en la mesa negociadora, a pesar de que las posiciones están alejadas y de que el viernes cumple el plazo que se dio el Gobierno para aprobar, con o sin acuerdo, el anteproyecto de ley con el que quiere elevar a 67 años la edad de jubilación.

Dado que la propuesta del Ejecutivo de retrasar el retiro es inamovible, el margen negociador parece estar en los años de vida laboral cotizados con los que un trabajador podría seguir retirándose a los 65 años con la pensión completa.

El Gobierno ha ofrecido la posibilidad de que se pueda abandonar el mercado de trabajo a esa edad si se acreditan 41 años cotizados, lo que sólo podrán lograr quienes hayan iniciado su carrera laboral a los 24 años y no pierdan ninguno.

El retraso de la edad de retiro es la principal dificultad para llegar a un pacto social, en el que Gobierno y sindicatos -a los que más tarde se sumó la patronal- llevan trabajando algo más de un mes en reuniones que han pretendido ser discretas, lo que no ha impedido que se hayan conocido algunos detalles de las conversaciones.

La aprobación el próximo viernes del anteproyecto de ley para la reforma de las pensiones trasladará las negociaciones al ámbito parlamentario, donde los grupos políticos se encargarán de enmendar la norma antes de su aprobación definitiva.