El Comité de Empresa de la factoría de Figueruelas (Zaragoza) ha recibido con sorpresa la decisión del Consejo de Administración de General Motors de cancelar, tras meses de negociaciones, la venta de su filial europea Opel a la compañía austríaco canadiense Magna International.

En un comunicado difundido en Detroit, ciudad en la que se encuentra la matriz de la multinacional automovilística estadounidense, el consejero delegado de GM, Fritz Henderson, ha explicado que el grupo ha decidido estudiar la posible reestructuración de Opel y anuncia que en breve presentará un plan concreto.

Ante esta inesperada decisión, Pedro Bona, representante de los trabajadores de la factoría aragonesa en el comité europeo de GM, ha declarado que "lamenta" que se produzca esta situación después de "pasarlo tan mal" y de las "negociaciones tan duras" mantenidas con Magna, para llegar a un acuerdo sobre el futuro industrial de Figueruelas, donde trabajan más de 7.000 personas, en el que se contemplaba un ajuste laboral de 900 empleos y una reducción de costes millonaria.

El representante de los trabajadores ha señalado que ahora sólo les queda esperar a que General Motors presente su plan a los trabajadores y a los gobiernos europeos que se han visto implicados en las negociaciones con Magna, a la que prometieron millonarias ayudas económicas.

Bona ha añadido que "estamos agotados" y "agobiados" de "tanta incertidumbre" sobre el futuro de la multinacional automovilística, a cuya dirección pide que informe cuanto antes para poder hacer una evaluación sobre las consecuencias de la decisión adoptada hoy en Detroit.

Sobre las causas de la ruptura con Magna, ha indicado que las desconoce, aunque al no producirse la firma los días pasados cabría entender que existían problemas, pero la decisión "nos ha pillado un poco de sorpresa" y "no acierto a ver cómo se ha llegado a esa situación".

Bona ha insistido en que no quería hacer otras valoraciones, a la espera de que GM dé explicaciones a las partes implicadas y a los gobiernos europeos que negociaron con Magna, que, según el preacuerdo al que había llegado, se quedaría con el 55 por ciento de la propiedad de Opel, junto al banco ruso Sberbank.