El ex ministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla afirmó que España tendrá que esperar hasta 2013 ó 2014 para volver a situar su tasa de paro en el 7% ó el 8%, es decir, el nivel que tenía antes del estallido de la crisis (ahora la tasa de desempleo es del 17,93%).

En este sentido, y dentro del mercado laboral, el ex ministro socialista apostó por acometer una reforma que incluya políticas de conciliación, que incentive el uso del contrato a tiempo parcial, que rebaje las cotizaciones sociales en dos puntos, que extienda el actual contrato de fomento del empleo (cuya indemnización por despido improcedente es de 33 días por año trabajado, menos que los 45 días de los contratos indefinidos ordinarios), y que refuerce la causalidad de los contratos temporales.

Sevilla aseguró que España posee un "gran potencial" si es capaz de hacer en el futuro reformas estructurales e institucionales basadas en un amplio consenso político y social. En este punto, advirtió de que existen riesgos importantes de dar un paso atrás si el país "se obstina" en no hacer las reformas que necesita. "Entramos en la crisis como la octava potencia económica del mundo y saldremos mucho más atrás. Hay que reaccionar", sentenció.

Preguntado por si cambiaría alguna cosa dentro de los planes anticrisis del Gobierno, Jordi Sevilla manifestó que "no se obsesionaría tanto" con el déficit público para 2010, pues la crisis seguirá y se necesitará contar con apoyos desde el gasto.

Asimismo, insistió en que se requiere reformar el mercado laboral, renovar el Pacto de Toledo, impulsar la lucha contra el cambio climático y reformar el sistema fiscal para que pague más el que más tiene, pero "de verdad".

"Si vamos a seguir en recesión y con paro hacen falta políticas consensuadas de reformas con más calado que las presentadas hasta la fecha. De lo contrario, saldremos de la crisis tarde y, lo que es peor, mal respecto a lo posible y deseable", afirmó.

"Subir los impuestos no es lo mejor en una crisis"

Ahondando en el tema fiscal, el ex ministro reconoció que subir impuestos no es lo mejor en una crisis, especialmente "si golpean" a las clases medias, pero precisó que también es "peligroso" mantener un déficit creciente "sin hacer nada". "Como tantas veces, se trata de escoger entre dos males", apuntó.

Sevilla admitió que la situación económica es "mala", pero consideró que "lo más preocupante" es la sensación de que no existen respuestas institucionales "en un sistema encerrado en demasía en sus propios problemas internos y en la corrupción".

"Tengo la sensación de que nuestra clase política se encuentra noqueada ante la magnitud de los problemas y que está dando respuestas de manual a una situación que requiere imaginación y estadistas", aseveró.