Tokio, Hong Kong, Bombay, Seúl, todas las bolsas de Asia, incluidas las más modestas, se desplomaron hoy y algunas hasta debieron suspender su cotización para contener el pánico desatado entre los inversores.

La principales economías de Asia dependen en gran medida de las exportaciones y por lo tanto son muy sensibles a una recesión en el mayor mercado del mundo, el estadounidense, cuya avidez por importaciones como la tecnología japonesa y los productos baratos chinos podría reducirse próximamente.

Las medidas propuestas este viernes por el presidente de EEUU, George W. Bush, no sólo no han contenido la crisis de los mercados financieros, sino que parecen haber fertilizado el pánico en la bolsa.

Y la crisis comienza a parecer amenazante para la economía real.

Varios ministros nipones repetían hoy la idea de que el Gobierno no intervendrá en los mercados y que la economía real goza de buena salud, a pesar de que el Nikkei perdió al cierre el 5,64 por ciento de su valor y desde el lunes ha visto evaporarse el 9,5 por ciento, la mayor caída acumulada en dos días de los últimos 17 meses.

El grupo Toyota, el mayor fabricante de vehículos de Japón, ha sufrido una depreciación cercana al 20 por ciento desde que se inició el año pese a que recientemente presentó unos saludables resultados.

En Tokio, donde la cotización del Nikkei depende en gran medida de la cotización del potente sector exportador nipón, la reciente revalorización del yen ha contribuido en jornadas recientes a la venta masiva de acciones de los sectores financiero e inmobiliario.

En Hong Kong, el cierre del Hang Seng sugiere un desastre incluso mayor.

El principal índice de la ex colonia británica, donde la economía está íntimamente ligada con el sector bancario, se dejó hoy más del 8,5 por ciento, un descenso que demuestra la sensibilidad del Hang Seng hacia la crisis financiera originada en EEUU.

Pero donde quizá el pánico se desató con mayor intensidad fue hoy en los mercados de Seúl y Bombay, donde las autoridades que velan por la seguridad en los mercados financieros suspendieron las cotizaciones para contener la crisis.

El Kospi surcoreano perdió casi un 4,5 por ciento y vio suspendida su cotización durante cinco minutos para relajar los ánimos de los inversores.

Pero el Sensex indio tuvo que ser suspendido durante una hora, tras dejarse más del 9 por ciento en la apertura.

Al mediodía perdía más del 12 por ciento de su valor, una caída que se suma al más del 7 por ciento que se dejó ayer, en el mayor desplome sufrido hasta hoy por el índice de Bombay.

Las bolsas chinas de Shanghai y Shenzhen no fueron excepción y hoy perdieron un 7 por ciento de su valor, pero, a pesar de su demostrada vulnerabilidad a la crisis bursátil mundial, los inversores ya están acostumbrados a los bruscos vaivenes del mercado de valores chinos.

Los mercados del Sudeste asiático no fueron excepción y todas experimentaron hoy desde la apertura un batacazo similar al de los grandes mercados asiáticos.

Después de tocar el cielo con el cierre de 2007, un año en el que las bolsas chinas se revalorizaron por encima del 80 por ciento y la india más del 40 por ciento, los mercados asiáticos parecen estar comprobando el viejo axioma de que todo lo que sube baja.

En un solo día se han perdido en Asia cientos de miles de millones de dólares, una cantidad que ridiculiza el paquete de emergencia anunciado por Bush el pasado viernes, valorado en 145.000 millones de dólares.

Estos movimientos sugieren que los inversores desconfían de que las medidas propuestas por Bush vaya a impedir que la economía estadounidense entre en recesión.