El IX Sombra, Festival de Cine Fantástico Europeo de Murcia, ha conseguido salir adelante pese a verse aplazado el pasado mes de marzo y, desde mañana mismo -aunque su inauguración oficial está prevista para el día 1- seguirá acercando el séptimo arte a todos los públicos; en concreto, con su tradicional batalla fílmica y el ‘Cine Car 2020’, un nuevo evento que aúna audiovisual y música en directo con un concierto de Bosco en el Cuartel de Artillería como broche a la jornada del sábado.

Hablar de Bosco es hacerlo de uno de los grupos más peculiares del rock español (y mundial, si me permiten). Por eso no es fácil ser Bosco, aunque lo parezca. Ellos beben de las fuentes del rock psicodélico de los años sesenta, y emplean en cada actuación sus recursos poéticos, teatrales y performánticos. Además, en el apartado estrictamente musical ofrecen cosas interesantes, originales; siguen dando vueltas por las galaxias. La utopía hippy sigue siendo válida para ellos, y absolutamente recomendable desde el punto de vista ético.

Emboscados (2019), que vio la luz el año pasado por estas fechas, es por ahora el último trabajo de Moretti, Fictoria y los suyos, un álbum que, en su mayoría, busca darle una vuelta de tuerca a los clásicos de la banda con colaboraciones de lujo: Antílopez, O'Funk'Illo, Eskorzo, Rozalén, Muerdo, Crudo Pimento y Álex Serra. Mezclar el teatro con la música recuerda al drama clásico, y en los directos de Bosco existe una llamada a la lucidez, pero también a la locura, al realismo mágico, a la psicodelia. Jesús Fictoria, José Perelló, Gon Navarro y David Moretti tratan de arrojar luz sobre la oscuridad de este planeta asolado por el virus con una nueva conciencia global. Prometen un eficaz conjuro en esta nueva comparecencia.

¿Cómo lleváis Bosco la nueva normalidad?

Jesús Fictoria: Ha sido una parada evidente en un momento en que sentíamos estar en pleno despegue. Sin embargo, también ha propiciado un reencuentro importante entre nosotros. Después de casi diez años juntos sin haber puesto el freno, está sirviendo para poder mirarnos más de cerca y saber más firmemente hacia dónde queremos ir, y hacia dónde no. De momento, este sábado va a ser el primer concierto de Bosco en esta que llaman la ‘nueva (a)normalidad’.

Antes de la declaración del estado de alerta por la pandemia, teníais previsto viajar a Italia. Imagino que se suspendería. ¿Cómo os han afectado y afectan las restricciones del sector?

David Moretti: El concierto se suspendió in extremis, principalmente por la situación que atravesaba Italia en ese momento. Una semana después, teníamos el bicho en España también, y el resto es historia. Es bien sabida la dificultad que entrañan para el mundo del espectáculo todas estas restricciones. Muchos escenarios emblemáticos comienzan a cerrar definitivamente, tanta cancelación e incertidumbre está dejando también contra las cuerdas a muchos artistas y proyectos musicales que podrían verse obligados a tirar la toalla si la situación se alarga... Por encontrar algún aspecto positivo, la situación es propicia para la búsqueda de nuevas alternativas de consumo musical en directo, lejos de masificaciones, de festivales sobresaturados; una vuelta al directo más cercano e íntimo: humildes celebraciones para recuperar la verdadera humildad del músico.

¿La historia de Bosco (brujas, lunas, bosques…) entra bien en un festival de cine fantástico como el Sombra?

D. M.: Festival, Cine, Fantástico y Sombra son palabras que riman con Bosco.

Ya participasteis poniendo banda sonora a L’Inferno de Dante (1911). ¿Ha tenido vida más allá de aquella representación única?

D. M.: Sí, L’Inferno fue representado también en el Festival de Cine de Cádiz hace algo más de un año, donde tuvo muy buena acogida por parte del público. Es un trabajo del que estamos muy satisfechos, un poderoso viaje visual, musical y poético que esperamos tener de nuevo la oportunidad de volver a representar.

¿Tenéis previsto algún guiño, conjuro, al festival durante vuestra actuación?

D. M.: Sí, es la intención. Dado que nuestros filmoclips están realizados sobre películas fantásticas, queremos aprovechar para homenajear a este cine y sumar de paso una experiencia visual al evento; un poco más de estímulos para estos nuevos conciertos bajo la ‘nueva normalidad’. Eso si finalmente se nos facilita el proyector, puesto que hasta el último momento van apareciendo restricciones a la organización con motivo del covid-19 y no sabemos todavía si serán posibles las proyecciones...

Bosco mantiene una gran relación con el mundo de las imágenes, del cine. ¿Qué son los filmoclips? ¿Qué intención tienen?

D. M.: Todos somos multidisciplinares en Bosco, y de mi relación con el audiovisual surgen estos particulares videos musicales. Creé los ‘filmoclips’ no solo para dar soporte visual a las canciones, sino como pieza artística con entidad propia. Los filmoclips de Bosco son homenajes musicales a películas olvidadas; a peculiares filmes de culto o de serie B, mayormente desconocidos por el gran público, que transformo, mediante el montaje junto a las canciones de Bosco, en pequeñas piezas audiovisuales independientes. De una única película cuya estética o narrativa es cercana al espíritu de una canción de Bosco, extraigo planos y secuencias que son minuciosamente seleccionados y ensam- blados. La música y la letra, junto con las imágenes del filme, estimulan así terceras lecturas y realimentan nuevos discursos ajenos a las propias obras por separado.

Emboscados es el último trabajo de Bosco, un disco con una conciencia cósmica. ¿Qué reclamáis ?

José Perelló: Normalmente hay varias lecturas sobre las letras de nuestras canciones, varias capas. Por eso hay algunos seguidores que les cala muy profundamente el mensaje que tratamos de transmitir. Está claro que ahora mismo está habiendo un cambio de conciencia global. Podemos centrarnos en lo negativo -que es lo que normalmente hacemos- y concentrarnos en odiar al opuesto, en quejarnos de lo mal que está todo, o intentar adoptar una perspectiva más optimista. En nuestro mensaje, se pueden vislumbrar otras realidades o mundos posibles que quizás no están tan lejos de este... A veces es cuestión de un cambio de lentes para ver otros matices de la realidad que nos rodea y así poder proyectar otros futuros para nosotros mismos. ¡No pueden ser todo distopías!

Ahora que han pasado ya unos meses desde su lanzamiento, ¿qué tal ha sido el recibimiento de Emboscados?

G. N.: Nuestros fans habituales no lo llegaron a entender del todo, porque regrabar canciones de nuevo es un tema delicado... Hay opiniones de todo tipo, pero principalmente nos ha ayudado para ponernos las pilas en Spotify, que andábamos muy estancados en seguidores. Gracias al elenco de artistas que colaboraron, subieron las escuchas notablemente.

J. P.: Sí, a cierta parte de nuestro público le pareció raro un disco sin temas realmente nuevos, pero al final el disco funciona, y es una compilación de canciones que nos permitió conocer y tener relación musical con artistas a los que admiramos, y eso fue magnífico. Pudimos tocar algunas de esas canciones en el Monkey Week con Antílopez y O’Funk’illo ante más de 5.000 personas, y fue toda una experiencia. Nos faltó la guinda de presentarlo en Madrid con todas las colaboraciones, pero la mala suerte hizo que lo tuviéramos que cancelar, porque coincidió con el inicio del confinamiento.

Por cierto, ¿la continuación de la trilogía está en marcha? ¿Habéis empezado a grabar?

D. M.: Estamos con el objetivo de terminar la Trilogía, sí. Tenemos muchos temas nuevos que van cogiendo forma; algunos incluso están prácticamente producidos a falta de comenzar a grabar las bases rítmicas en estudio. Iremos sacando singles mes a mes para mantener la hoguera y una nueva ilusión en los tiempos que corren. El covid-19 nos ha cortado el orgasmo justo en el momento en que más estábamos creciendo; una parada en seco...

J. P.: Sí, estamos en pleno proceso de preparar los temas para ir al estudio. Vamos a continuar la trilogía con Purgatorio, un disco que creemos puede tener relación con los tiempos que corren. Los procesos de producción de las canciones de Bosco son lentos porque nos gusta que se vayan conformando. Algunas ya las hemos llevado al directo, y vamos viendo cómo responde el público y como la sentimos nosotros. Poco a poco irán cobrando vida propia.

En vuestro perfil de facebook leo: «Este virus está llenando el Planeta de oscuridad, enfrentamiento, miedo..., y no existe peor enfermedad». ¿Qué es lo que más inquieta en estos momentos a Bosco? ¿Cuál es vuestro granito de arena para contribuir a paliar esta situación?

D. M.: Me preocupa que nos acostumbremos demasiado a esta nueva normalidad, que, por excesiva precaución y miedo, se terminen por asentar algunas restricciones y se usen menos las formas de comunicación gestual tradicionales. Los niños están experimentando uno de sus años eternos de infancia con miedo a los besos y abrazos. Hay miedo a acercarse, a reunirse, miedo al virus, y también miedo a la represión. El miedo y la incertidumbre va a ser la tónica durante un buen rato. Por vez primera en mucho tiempo estamos viviendo una misma preocupación, una misma emoción, simultáneamente en todo el planeta… Esperemos que esto sirva para reforzarnos, para unirnos y mejorar como especie, porque no hay otra salida. Se pone el grito en el cielo por las gestiones desafortunadas de los gobiernos ante esta pandemia, pero el verdadero problema es en realidad global, es el de una especie a la deriva. Si de algo está sirviendo esta crisis, es para concienciarnos de una vez de que hay que levantar el pie del acelerador, de que la vieja realidad que hemos construido pende de un hilo. Hay que cuidar y vivir tu barrio, tus amigos, tu familia, reconocer que lo local es lo verdaderamente importante, que el ‘menos es más’ funciona. La pandemia ha sacado a la luz muchos conflictos, externos e internos. Es buen momento para romper con lo que nos ata, para reinventarse como individuos y como sociedad. Hará falta mucha fortaleza, pero hay que confiar en que tras este Purgatorio vendrá el Paraíso de nuevo.