Claudio Cerdán (Yecla, 1981) es uno de los mejores exponentes del género negro en la Región; y se lo ha ganado a pulso. Desde que debutara en el año 2012 con El país de los ciegos, no ha parado de recibir buena crítica y de recoger reconocimientos y galardones de diverso pelaje. Además, hablamos de un autor tremendamente prolífico, capaz de facturar una novela al año sin problemas y sin que ello suponga descuidar la calidad de las mismas. Como curiosidad, en 2017 publicó La última palabra de Juan Elías, continuación de la exitosa serie de televisión Sé quién eres (Mediaset, HBO).

También escribió Nunca mires atrás (2018), cuarta entrega de la detective Sonia Ruiz, serie iniciada por Lorenzo Silva y Andreu Martín entre otros reconocidos autores, y hasta tiene una novela pendiente de publicar en castellano: La casa de chocolate (2012), lanzada en Francia. Aunque la que ahora centra la atención del yeclano es Los señores del humo (Ediciones B, 2019), una ambiciosa novela coral que ha obtenido el Premio Negra y Mortal 2019, ha sido finalista del Novelpol 2020 y se encuentra entre las candidatas al V Premio Tenerife Noir. Con semejante trayectoria, la última novela de Cerdán parte como una de las favoritas al Premio de Novela Cartagena Negra, que se fallará el 12 de septiembre. Y a su responsable no le puede hacer más ilusión participar un año más en estas jornadas...

P La novela negra está de moda. ¿Qué cree que tiene el noir que engancha tanto a los lectores?

R Para mí lo tiene todo. Juega con el enigma, nos descubre partes desconocidas de la sociedad y es capaz de intentar dar respuesta a algo tan ilógico como la violencia. La novela negra navega más allá de los asesinos en serie y es capaz de retratar lo peor de nosotros invitándonos a reflexionar sobre nuestra propia naturaleza.

P ¿Y usted, cómo llegó a este género? ¿Era aficionado antes que escritor de novela negra?

R Como lector leía de todo, pero la novela negra siempre tenía un magnetismo diferente: saber quién era el culpable, mirar a los abismos de nuestra sociedad, nadar entre podredumbre sin cortapisas... El retrato que hace el género es el más despiadado, y por tanto el más realista.

P ¿Un autor o libro que le haya marcado, que le hiciera seguir este camino literario?

R La Dalia Negra (1987), de James Ellroy. Me sacudió de tal forma que quise hacer algo parecido. De hecho, diría que Los señores del humo quizá sea la novela más 'Ellroy' de toda mi producción.

P En la actualidad, ¿qué está tramando? ¿Anda todavía centrado en la presentación y difusión de su último trabajo (ahora le preguntaré por él) o tiene algún proyecto en el horno?

R En noviembre sacaré el que será mi primer cómic, Toxic detective, que como su nombre indica es también de género negro. Estoy muy contento por cómo está quedando y seguro que a los lectores les sorprende.

P Se lo preguntaba porque hay muchos escritores que se han tirado al teclado aprovechando estos meses de cuarentena. ¿Es su caso?

R En mi caso ha supuesto un dolor de cabeza, una desesperanza tal que me ha impedido ser productivo. Era como si al arrebatarme el mundo real fuera incapaz de lanzarme a nuevas historias. El cómic ha supuesto una tabla de salvación en ese sentido.

P Hablando del confinamiento y, por extensión, de la covid-19 (el gran villano de este año), ¿da este 2020 para una novela negra o más bien inspiraría un libro de terror?

R Daría para una película de Berlanga: miles de muertos diarios, urgencias colapsadas, calles desiertas€, y luego vemos a la gente arramblando con el papel higiénico, implorando el habeas corpus o alquilando perros. Cuando vi las imágenes de Revilla con el avestruz supe que habíamos tocado techo... Curiosamente los delitos disminuyeron un 90%, y eso que nunca ha sido más fácil atracar una gasolinera con tanta mascarilla, gafas de sol y guantes.

P Volvamos a centrar el foco: Cartagena Negra. ¿Qué espera de estas jornadas? ¿Es reincidente?

R He ido varias veces como autor, pero intento asistir a todas las charlas que puedo como espectador. Cartagena Negra tiene la categoría de festival serio y bien organizado, con muy buenas ideas como, por ejemplo, el premio a la primera novela, y además te tratan con tanta cercanía que solo piensas en que llegue el siguiente año para repetir de nuevo.

P Como yeclano, supongo que es un evento importante para usted, ¿no? Hablamos seguramente de las jornadas más importantes del género en la Región...

R Sin duda. Es el festival de mi tierra y para mí es un orgullo. Mientras dura, el foco del género negro pasa por la Región. Como he dicho, la organización pone mucho empeño en estas jornadas y por eso le auguro un futuro maravilloso. Cada año se superan, tanto en invitados como en charlas. Para mí estas son jornadas muy especiales.

P Háblenos de Los señores de humo

R Es mi novela negra más ambiciosa hasta el momento. Como autor, temo no poder hacer nada mejor. Me exprimió a varios niveles; fue un viaje increíble. Trata sobre un asesino en serie que intenta desestabilizar el proyecto de Eurovegas de 2012 y cómo tres personas dispares tratan de darle caza por distintos motivos. Curiosamente, aunque esté ambientada unos años atrás, creo que cada día que pasa se hace más actual. Si a los lectores les gusta Don Winslow o James Ellroy, seguro que les entusiasmará.

P Por último: ¿Le recomienda a nuestros lectores una novela con la que enamorarse del género?

R Creo que la calidad de los finalistas de este año es increíble y cualquiera de esos libros harán que el lector quede atrapado. Si quieren más, ahí tienen Todo lo mejor (2018), de César Pérez Gellida, y Perros con placa (2019), de Mario de la Rosa, dos de los autores que más me han gustado en estos últimos años. Aparte, me estoy aficionando al llamado true crime, del que hay una mesa brutal en Cartagena Negra con Manuel Marlasca, Beatriz Osa y Alfonso Egea, de los que os recomiendo encarecidamente sus libros.