Las reservas marinas de Cabo de Palos-Islas Hormigas y de Cabo Tiñoso, consideradas como unos de los mejores destinos para practicar el submarinismo, estarán recogidas en la Guía de itinerarios submarinos de Cartagena encargada por el consistorio cartagenero, a través de la subvención del grupo GALPEMUR por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).

Según la concejal de Ciudad Sostenible del consistorio, Cristina Mora, «será la primera que se elaborará en la Península y la segunda de España, y servirá como un recurso muy útil para las empresas del sector y para la promoción del submarinismo como destino turístico».

El proyecto ha sido encargado a la empresa 'Oceanográfica', que ya redactó la primera guía española centrada en la costa tinerfeña. El objetivo, según el Ayuntamiento, es que sirva de herramienta que se sumará a la oferta turística y que podrá ser usada en aplicaciones digitales, dispositivos móviles, ordenadores de buceo y mapas sumergibles.

A juicio del presidente de la empresa concesionaria, Oceanográfica, Arturo Boyra: «Cartagena es un lugar muy especial y no es casualidad que sea el único municipio de España que cuenta con dos Reservas Marinas consideradas las más espectaculares del país por su fauna y su tamaño, cantidad y diversidad».

En el caso de la Reserva Marina de Cabo de Palos e Islas Hormigas, su riqueza marina «en un mar con usos tan intensos como los del Mediterráneo, solo puede ser posible con una gestión adecuada que permita su conservación», asegura Boyra. A lo que añade que «quizá uno de los retos en Cartagena es el de concienciar a sus habitantes del gran tesoro que poseen bajo sus aguas», dice.

De hecho, para iniciarse en el buceo, bastan unas gafas y un tubo. Las calas de la costa de Cartagena ofrecen múltiples oportunidades para ello y la calidez del agua en verano nos permite pasar horas contemplando sus paisajes y los habitantes que se esconden y viven en ellos. «Los impresionantes bosques de posidonia y acercarnos a observar la cantidad de fauna que se esconde entre sus hojas es un espectáculo que no deja indiferente», cuenta Boyra.

Los numerosos centros de buceo del municipio asimismo ofrecen este servicio que permite disfrutar de una experiencia al alcance de prácticamente cualquier persona independientemente de su edad o condición física. Un buceo sencillo a poca profundidad como el que se puede practicar en puntos como Cala Escalerica, Cala Fría o Cala Correos. Los tres permiten disfrutar con comodidad y seguridad de la riqueza de los fondos cartageneros y son ideales para los bautizos de iniciación. Buceos en los que, con ayuda de guías experimentados, se pueden ver de cerca las distintas especies que nadan entre las rocas y los bosques de la tan necesaria posidonia. También observar distintos tipos de sargos, doncellas, serranos, salpas, algún pequeño mero, incluso dentones y doradas en busca de presas que cazar. El siguiente paso sería realizar un curso de iniciación y de especialización. Las ramas del buceo abarcan desde la modalidad nocturna hasta el realizado en cuevas o en pecios, ya pensadas para personas con mayor cualificación.

BAJO DE FUERA

Por la forma de su costa, ideal para proteger de temporales y ataques, Cartagena ha jugado un papel relevante en la historia de la navegación. Por eso no son pocos los barcos hundidos que se esconden en sus aguas. La orografía del municipio hace de la zona de Cabo de Palos abundante en montañas submarinas o bajos que son un oasis para la vida, pero un riesgo para los barcos. Un ejemplo es el Bajo de Fuera, una montaña submarina que sube desde el lecho a cerca de 60 metros de profundidad hasta los escasos 3 metros. Punto de buceo por excelencia en Cabo de Palos, su excepcionalidad ha supuesto resultados fatales para barcos como el Sirio, el Minerva o el North America. El hundimiento del Sirio, por ejemplo, también llamado el Titanic del Mediterráneo, fue el más mortífero. Con sus 115 metros de eslora, el 4 de agosto de 1906 el buque chocó contra el Bajo de Fuera, desatando el pánico en las personas que viajaban a bordo y muriendo en pocos minutos infinidad de ellas. El barco permaneció durante días encallado en el bajo hasta que se dividió en dos partes que acabaron en caras opuestas del macizo rocoso. Es fácil sumergirse en el Bajo de Fuera pensando en los momentos de los hundimientos, sin embargo, al descender, la diversidad de vida y el tamaño de los peces nos deslumbra en minutos.

NARANJITO

Otro de los pecios estrella en Cabo de Palos. Comenzó a navegar como Nadir y posteriormente como Isla de Gomera. En abril de 1943, se hundió con un gran cargamento de naranjas que estuvieron días llegando a costa. La pintoresca situación hizo que las gentes del lugar bautizasen con tan curioso apelativo al barco que les brindó alimento en plena postguerra. El buque descansa en un fondo ligeramente inclinado entre los 45 y los 35 metros de profundidad. Allí yace su cubierta llena de grandes congrios que se retuercen entre las oquedades del pecio mientras los dentones lo patrullan en busca de presas.

BAHÍA DE CARTAGENA

Cartagena presenta otras particularidades interesantes a destacar, por ejemplo el ser el lugar donde se ubica el Museo Nacional de Arqueología Submarina o el Centro de Buceo de la Armada, precursoras del buceo recreativo. Es merecido que estos centros se encuentren en Cartagena teniendo en cuenta su rica historia naval. La Bahía de Cartagena presenta muchos puntos de buceo que esconden desde pintorescos paisajes a aviones de combate.

CABO TIÑOSO

Siguiendo hacia el Sur llegamos a la Reserva Marina de Cabo Tiñoso, declarada en 2016, llama la atención por lo rápido que está siendo capaz de regenerar la fauna. Si hay una inmersión por excelencia en el Cabo Tiñoso, es El Arco, que recibe su nombre por la formación rocosa que sale del acantilado. Esta inmersión tiene como característica destacada que permite disfrutar de los principales ambientes submarinos de Cartagena: de cuevas a bosques de posidonias o acantilados.