A lo largo de nueve kilómetros en el río Segura y otros dos por el río Quípar, el Cañón de Almadenes se abre paso entre los términos municipales de Calasparra y Cieza. Catalogado como Espacio Natural protegido, este entorno ha sido propuesto también como Lugar de Importancia Comunitaria, y forma parte de una Zona de Especial Protección para las Aves, estando incluido en la Red Natura 2000.

Las características de este cañón lo hacen un destino idóneo para todos aquellos amantes de la naturaleza y el deporte, destacando los famosos descensos por el río, que se pueden realizar tanto en kayak como en rafting. Estas actividades permiten disfrutar de un ambiente natural único en la Región, donde el bosque de ribera arropa al río con sus álamos y sauces, mientras las nutrias y las garzas reales se dejan ver al paso de todo aquel que se anime a visitar el lugar.

Presencia del ser humano

Aunque el abrupto paisaje del Cañón de Almadenes no invita al establecimiento de asentamientos humanos en él, la realidad es que el hombre lleva ocupando estos parajes desde la Prehistoria. En este entorno natural se pueden encontrar dos yacimientos arqueológicos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.

Se trata de dos abrigos rocosos, la Cueva de la Sima de la Serreta y la Cueva de los Monigotes, también conocida como Abrigo del Pozo, en cuyas paredes se pueden observar pinturas rupestres que datan de la Edad del Cobre. Labrados por el río Segura en la roca caliza, estos abrigos son una muestra del paso del hombre por tierras calasparreñas desde hace milenios.