En ocasiones no hace falta acudir a un centro especializado para disfrutar de una buena sesión de lodoterapia, y eso es algo que saben muy bien los vecinos de San Pedro del Pinatar. Gracias a la acción del Sol durante siglos y al grado de salinidad de sus aguas, esta zona ribereña cuenta con unas charcas llenas de lodo, cuyas aplicaciones son bastante más beneficiosas de lo que un principio pueda parecer por su olor.

Estos barros, aplicados sobre la piel, tienen un gran valor terapéutico en afecciones como el reumatismo, la artritis o distintas patologías cutáneas. Estos lodos arcillosos resultan el complemento ideal a un baño en las mineralizadas aguas del Mar Menor.

El porqué del sus propiedades

Una de las afirmaciones que más comunmente rodean a estas charcas son las supuestas propiedades curativas que se atribuyen a sus lodos, y es que son muchos los que se acercan al lugar y se ven tentados de meterse en ellas. Son las particulares condiciones meteorológicas del Mar Menor las que propician, junto con el alto porcentaje de horas de Sol al año y una elevada salinidad, que los lodos se hayan ido depositando ahí a través del paso del tiempo, pero si intentamos dilucidar la razón de sus 'propiedades curativas', debemos de atender a los estudios realizados por la UMU a finales de la década de los 90.

Estos análisis revelaron en su momento un porcentaje de calcio, magnesio y flúor bastante alto en aguas de este tipo, incluso superior a lo esperado. Además, la granulometría médica en esta zona incluye una elevada presencia de arenas finas y muy finas, que son las verdaderas artífices de las propiedades sanadoras atribuidas a los lodos.