A sus 92 años de edad, el Romancero gitano de Lorca sigue siendo el poemario español más vendido de la historia. Una obra que, según afirmaba su autor, «guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal». Los hermosos versos del granadino, publicados en 1928, continúan siendo un referente ineludible en todos los sentidos. Por eso no es de extrañar que cada cierto tiempo aparezca una nueva edición o revisión dirigida a los amantes de la poesía clásica. Lo que nos lleva, directamente, al volumen que tenemos entre las manos: una preciosa reinterpretación de la mítica creación lírica de García Lorca firmada por el ilustrador Ricardo Cavolo. El impacto de los octosílabos lorquianos se multiplica aquí gracias a los coloridos trazados de Cavolo, que firma una perfecta simbiosis gráfica con el universo del poeta granadino

Fiel a su estilo rupturista, repleto de personajes con varios ojos y llamas de fuego que recorren el espacio, el ilustrador acompaña cada romance con singulares figuras y escenarios. La obsesión de Lorca por la muerte, el dolor, la marginación y la imposibilidad de una felicidad sin pena están magistralmente reflejados por los lápices del salmantino, capaz de sorprender en cada página con sus creaciones. La muchacha que «sueña en su baranda» del Romance sonámbulo resulta tan sorprendente como los puñales de Muerte de Antoñito el Camborio; el cielo estrellado de Romance de la Luna, Luna o los arcángeles de los poemas dedicados a Granada (San Miguel), Córdoba (San Rafael) y Sevilla (San Gabriel).

Cavolo no es ajeno al mundo gitano y se nota. Según relataba en su biografía ilustrada, Jamfry, editada también por Lunwerg, su madre mantuvo una relación con un hombre de esta etnia después de separarse de su padre. Una persona que le aportó «una de las experiencias más positivas» de su vida por «todas las vivencias, sabiduría y perspectivas» recibidas. Motivo por el que la intensidad y la simbología gitana inmersa en los poemas de Lorca han sido plasmadas por el dibujante sin artificios ni estridencias, sino con perfectas dosis de instinto e imaginación.

En definitiva, este título resulta una delicia para leer como siempre y contemplar como nunca.

A sus 92 años de edad, el 'Romancero gitano' de Lorca sigue siendo el poemario español más vendido de la historia. Una obra que, según afirmaba su autor, «guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal». Los hermosos versos del granadino, publicados en 1928, continúan siendo un referente ineludible en todos los sentidos. Por eso no es de extrañar que cada cierto tiempo aparezca una nueva edición o revisión dirigida a los amantes de la poesía clásica. Lo que nos lleva, directamente, al volumen que tenemos entre las manos: una preciosa reinterpretación de la mítica creación lírica de García Lorca firmada por el ilustrador Ricardo Cavolo. El impacto de los octosílabos lorquianos se multiplica aquí gracias a los coloridos trazados de Cavolo, que firma una perfecta simbiosis gráfica con el universo del poeta granadino

Fiel a su estilo rupturista, repleto de personajes con varios ojos y llamas de fuego que recorren el espacio, el ilustrador acompaña cada romance con singulares figuras y escenarios. La obsesión de Lorca por la muerte, el dolor, la marginación y la imposibilidad de una felicidad sin pena están magistralmente reflejados por los lápices del salmantino, capaz de sorprender en cada página con sus creaciones. La muchacha que «sueña en su baranda» del 'Romance sonámbulo' resulta tan sorprendente como los puñales de 'Muerte de Antoñito el Camborio'; el cielo estrellado de 'Romance de la Luna, Luna' o los arcángeles de los poemas dedicados a Granada ('San Miguel'), Córdoba ('San Rafael') y Sevilla (San Gabriel').

Cavolo no es ajeno al mundo gitano y se nota. Según relataba en su biografía ilustrada, 'Jamfry', editada también por Lunwerg, su madre mantuvo una relación con un hombre de esta etnia después de separarse de su padre. Una persona que le aportó "una de las experiencias más positivas" de su vida por "todas las vivencias, sabiduría y perspectivas" recibidas. Motivo por el que la intensidad y la simbología gitana inmersa en los poemas de Lorca han sido plasmadas por el dibujante sin artificios ni estridencias, sino con perfectas dosis de instinto e imaginación. En definitiva, este título resulta una delicia para leer como siempre y contemplar como nunca.