Las entrañas de la sierra norte de Calasparra guardan un paraje abrazado por las aguas del rio Segura tan destacable y visitado tanto por su belleza como por su valor religioso: el Santuario de la Virgen de Calasparra. Resguardado en una gruta excavada en la roca, el santuario cobija en su interior dos imágenes de la Virgen de la Esperanza, conocidas como 'La Pequeñica', hallada por un pastor mientras guardaba su ganado en la propia cueva, y 'La Grande'.

Mientras dure la esperanza

Tras más de un cuarto de siglo del incendio más devastador que ha sufrido la Región de Murcia, en el que el fuego devoró un total de 30.000 hectáreas, los vecinos de Calasparra aún recuerdan con asombro el 'milagro' sucedido en el Santuario de la Virgen de la Esperanza.

El incendio originado en la sierra de Moratalla amenazaba al municipio vecino, y los calasparreños decidieron prevenir antes que curar, bajando a su patrona, la Virgen de la Esperanza, desde el Santuario hasta el propio pueblo, a la Iglesia de San Pedro. El fuego siguió avanzando y las noticias llegaban con preocupación al saberse que las llamas se acercaban al Santuario de la Esperanza. La Virgen se encontraba a salvo, pero su morada, un entorno natutal envidiable, corría el riesgo de convertirse en cenizas.

Los rumores corrieron por el pueblo, temiéndose el peor de los finales para su santuario, pero una voz se alzó para tranquilizar a todos: «El fuego ha pasado de largo. No ha tocado a nuestro santuario». Calasparra al completo se movilizó hasta el lugar para comprobar con sus ojos que las llamas solo habían acariciado los límites de este paraje, venerado y protegido, parece ser, por algo más que la mano del hombre.