El verano nos regala placeres que aunque sencillos resultan impagables, y uno de ellos es pasar el día en la playa, ya sea en familia o rodeado de amigos, y aprovechar para comer allí. Los aperitivos, refrescos y cervezas saben mucho mejor si los tomamos a escasos metros de la orilla del mar, eso es así. La alegría por pasar un bonito día en un ambiente de lujo y dejando las preocupaciones de lado pueden jugarnos una mala pasada, y por ello debemos de tener en cuenta algunos tips que nos ayudarán a volver a casa sin una indigestión.

La nevera azul de asa blanca lleva acompañándonos en nuestros viajes playeros desde hace décadas, pero si vas a echar mano de ella para enfriar tus bebidas, recuerda utilizar bloques compactos de hielo o bolsas de gel especiales para evitar el 'agüilla' que sueltan los cubitos comunes, donde suelen proliferar las bacterias. Cuidado también a la hora de elegir el almuerzo, ya que los alimentos que contengan huevo, mayonesa o algún lácteo, muy sensibles al calor, pueden acabar siendo una puerta abierta a la temida salmonelosis.

Por último, recuerda echar un par de bolsas de basura para recoger todos los desperdicios. Si ensucias la playa no mereces disfrutar de ella.