Bosco son una de las propuestas más interesantes del panorama musical español de los últimos tiempos. Fruto de unos eventos improvisados que se bautizaron con el nombre de 'Emboscadas Musicales', presentan ahora su disco Emboscados, con colaboraciones de artistas que se han dejado 'emboscar' para la ocasión: Antílopez, O'Funk'Illo, Eskorzo, Rozalén, Muerdo, Crudo Pimento y Álex Serra. Este sorprendente trabajo, que muestra en la portada a Laocoonte y sus hijos -aquella magnífica obra por la que Plinio expresaba una admiración sin igual- supone un punto de inflexión; plantea la nueva identidad de una banda que, alejándose de propuestas anteriores más complejas, entrega ahora un disco menos ceremonioso, más inmediato y bailable, fusionando estilos musicales e idiomas entre mestizaje, reggae, rock, ritmos mediterráneos e incluso sonidos latinos. Mezclar el teatro con la música recuerda al drama clásico, y en los directos de Bosco existe una llamada a la lucidez, pero también a la locura, al realismo mágico, a la psicodelia. Jesús Fictoria, José Perelló y David Moretti tratan de aclararnos el concepto.

Lo de 'emboscados' viene de lejos.

Jesús Fictoria: Pues sí. En los orígenes del grupo practicábamos algo que fue bautizado como 'Emboscadas musicales'. Venían siendo algo así como jornadas performativas en las que poníamos en juego nuestra creatividad, e invitábamos -o, más bien 'emboscábamos'- al respetable a participar. De ahí nacieron muchas de las canciones del primer elepé.

Emboscados es un disco colaborativo. ¿Cómo surge?

J. F.: De alguna manera hemos querido hacer una revisión de algunas de las canciones clásicas de nuestro repertorio, y alguna de nueva hornada, emboscando a una serie de músicos del panorama nacional con quienes hemos mantenido algún tipo de comunión a lo largo de estos años.

¿Cómo ha sido esta vez el proceso de grabación? Supongo que habréis tenido que adaptaros a tiempos y agendas.

J. F.: Sí, pero lo cierto es que hemos sido más ágiles que nunca. El disco se ha grabado secuencialmente a lo largo de unos cuatro meses. Algunos colaboradores se han acercado a nuestra Sala de Máquinas; en otros casos, como el de Rozalén o Eskorzo, hemos utilizado la tecnología para conectarnos a distancia.

¿Qué era lo importante para escoger a los colaboradores? ¿Tenían que mostrar algún tipo de afinidad?

J. F.: El abanico de Bosco siempre ha sido enormemente grande, y eso hacía más fácil y divertida la búsqueda. La afinidad estaba asegurada. De alguna manera, también existía el deseo de querer lanzar estos clásicos de Bosco al gran público, ahora que el nombre de la banda está más consolidado, y para ello hacía falta un amplio abanico pero en el que las audiencias fuesen, en cierta medida, compatibles y, al mismo tiempo, diferentes.

¿No hay guión previo?

J. F.: No. De hecho, había un guión en juego que continuaba con la trilogía de La divina comedia, y lo tuvimos que dejar temporalmente a un lado para llevar a cabo esta aventura.

José Perelló: En realidad partió de la primera colaboración con Muerdo, Children of the Island. A partir de ahí surgió la idea de hacer Telar sónico con Eskorzo y, el resto, ya fluyeron de manera natural.

La portada muestra una escena inspirada en la mitología grecolatina, Laocoonte y sus hijos , que está narrada en la Eneida y en otras fuentes literarias. ¿Hay algo que relacione este disco o la portada con Virgilio?

David Moretti: No existe una relación conceptual. La intención del disco y, por extensión, de la portada, es la de presentar a nuevas audiencias nuestra 'psicodelia renacentista', concepto con el que comenzamos a etiquetar nuestra propuesta artística. Utilizar el Laocoonte para la portada fue una idea de nuestro diseñador Manel Quílez para reflejar este planteamiento inicial. El Laocoonte es un grupo escultórico griego, conocido por esta supuesta copia romana del siglo I d. C., que se descubrió en pleno Renacimiento y tuvo un enorme impacto en el arte de la época. Por otro lado, está la intervención artística que ha realizado Manel a las serpientes - psicodelizadas para la ocasión-, que 'emboscan' a Laocoonte y a sus hijos. Me gustó mucho la idea; contiene en una imagen las referencias al Renacimiento, a la psicodelia y a la emboscada.

¿Qué tal ha sido el recibimiento de este nuevo disco de Bosco?

J. F.: Muy diverso. Para la gente que ya conoce el repertorio de la banda puede resultar un poco controvertido. Hay ya cierto apego a las versiones antiguas de las canciones, y eso a veces, en una primera escucha, es un obstáculo. Sin embargo, el número de personas que están descubriendo Bosco por primera vez gracias a este disco es grandioso.

Zorba, el griego , la novela/película, parece que guarda relación con vuestra canción El timón . ¿Buscabais adaptarla a una canción o fue inspiración directa?

D. M.: En verdad no. Cuando compuse El timón y decidimos incluir un guiño a la canción principal de Zorba, el griego, sólo conocía la banda sonora, que es casi más popular que la propia película, y no había visto el filme todavía. La canción está inspirada en el lamento característico de las canciones de Nikos Xilouris, un cantante griego muy popular. Y el tema contiene además, en su tramo final, unos versos en griego de Giorgos Seferis, acerca de la Odisea. Se me ocurrió la idea de parafrasear la música de la película porque era la manera más clara de llevar al oyente sonoramente a Grecia, y así poder crear en directo con el público ese 'circulo de fuego', esa danza circular a la manera tradicional griega. Pero la magia se dio cuando finalmente vimos la película y me percaté de la conexión directa que tenía el discurso y el personaje de Zorba con el espíritu del tema. Es una canción tragicómica, acerca de la bipolaridad de nuestras emociones, sobre el deseo y el fracaso y el volverse a levantar, experimentar la vida en toda su dimensión. Y así es Zorba, que además baila como un poseso el syrtaki. De esta forma fue que durante algún concierto comencé a recitar uno de los diálogos del filme al final del tema. En esta ocasión, para la versión con Antílopez, hemos decidido utilizar directamente el fragmento sonoro de la película.

Las producciones son muy detallistas. No es música de fondo, la escucha requiere una complicidad. No admite la escucha superficial.

J. F.: Así es. Bosco nunca fue bueno como música de ascensor.

New pyre , con Álex Serra, parece que haya sufrido una importante transformación; su participación escapa también a lo más esperado.

J. P.: Conocimos a Álex en un concierto en Barcelona, y hubo un flechazo inmediato. Él nos emboscó a nosotros; su disco In the real World es el más escuchado en nuestra furgoneta... Hace una música maravillosa en la que por momentos roza el dub con mucha sutileza. New pyre, a pesar de tener un alma guitarrera, siempre sentimos que se asomaba al dub. Álex Serra tiene una voz muy dulce que pedía una parte mas relajada para poder desarrollar sus melodías. Así fue como se gestó la idea y estamos muy contentos con el resultado.

El circo de las delicias es un corte de 19 minutos, un tema un poco en la tradición de lo progresivo, para entrar en éxtasis, que está colocado estratégicamente como última pista del álbum. ¿Cuál era la finalidad?

D. M.: El circo de las delicias es el nombre del que fue nuestro primer espectáculo músico-teatral. Dado que una de las finalidades del disco es 'emboscar' nuevas audiencias, no podía faltar una carta de presentación ese lado más experimental que también forma parte de Bosco. Como homenaje quisimos recuperar una de las grabaciones de la banda con más éxito, el poema El Bosco, de Alberti, viral en facebook hace unos años, interpretado junto a los actores que participaron en el espectáculo: Valente Seisdedos e Ivan Hermes. Además, para cerrar el viaje (o comenzarlo, según se mire), decidimos fusionar el poema con un Ohm junto al maestro Enrique Martínez, un chanting de 15 minutos a modo de meditación final, para los más valientes.

¿Qué tal fue vuestro paso por el Monkey week?

J. P.: Muy interesante. Primero tocamos en la batalla de bandas de Hoy empieza todo, de Radio 3, donde hicimos La bruja regresa con un final muy satánico. Dejamos a la gente loca. Lanzamos el conjuro y tuvo su efecto. A la noche, y en el mismo escenario, teníamos 3.000 o 4.000 personas con ganas de pasarlo bien. Se recibió muy bien la propuesta, y desde el minuto uno estaba la gente bailando.

Parece que ahora los festivales se han abierto mucho, lo que permite a un grupo de vuestras características a salirse de un circuito determinado.

J. P.: Lo cierto es que nos dimos cuenta en el Monkey de que nuestro set puede funcionar muy bien en escenarios grandes. A los programadores les cuesta a veces tomar ciertos riesgos, pero, a pesar de no ser el formato que mÁs nos guste como espectadores, tocar en festivales te puede ayudar a llegar a más gente.

Creo que ya estáis trabajando en nuevo disco. ¿Qué podéis contar?

J. P.: La continuación de la trilogía está en marcha, y ya hemos empezado a grabar canciones que pertenecerán al Purgatorio. Estamos explorando nuevos terrenos y deseando grabar y componer nuevas músicas. La experiencia de Emboscados ha sido muy positiva, pero un músico siempre quiere seguir creando.

¿Caía bien en la agenda la fecha del Día de los Enamorados o ha sido casualidad? ¿Qué podéis contarnos de este nuevo espectáculo? Por cierto, dijisteis en vuestras redes que ibais a sortear Satisfyers y estimuladores prostáticos...

D. M.: Fue por casualidad. Cada tanto nos gusta encontrar excusas para celebrar por algún motivo una temática en torno a la que ritualizar la velada, como cuando hicimos eventos en la noche de San Juan, el Día de las Ánimas, o en los solsticios de primavera... Cuando nos dimos cuenta de que la fecha coincidía con el Día de los Enamorados, nos pusimos a idear algo, y surgió la gracia del Satisfyer. No podíamos dejar de lado al público masculino, así que, para eliminar miedos y tabús del género, sumamos la posibilidad de obtener también un estimulador prostático. Aparte del sentido del humor y la expectación que logran este tipo de acciones, es un juego que ayuda a situar el foco de todos los asistentes en una dirección. En esta ocasión, el día de los 'enamboscados' es la excusa perfecta para celebrar en comunión el amor erótico festivo.