El rock es un veneno. Se te mete en las entrañas, de donde ya no se puede extirpar. Es un veneno raro, que no intoxica, sino que cura. Le pasó a Marcos Molina y al resto de su banda, Gritando en Silencio: se envenenaron escuchando a Extremoduro, Marea Y Led Zeppelin, y han ido creciendo y madurando a lo largo de los años, profundizando en sus letras y melodías, perfilando un rock venenoso que esta noche traen a Murcia, a la sala Garaje Beat Club.

El grupo sevillano pasa por uno de sus momentos más dulces: disfrutan recorriendo el país de arriba abajo, entre festivales y conciertos, acompañados de un público fiel y consolidado, presentando Material inflamable, su cuarto disco: rock desnudo y directo al alma con más fuerza que nunca. Es, sin duda, su trabajo más completo: once composiciones con su diversidad característica, discurriendo por caminos aún no transitados, con sonidos y melodías que, sin perder un ápice de identidad, investigan nuevos caminos del gran territorio rock. El resultado es una obra ecléctica que se aleja de las formas conocidas del rock estatal para abrirse a estructuras y sonidos más anglosajones, con mucho groove. Manteniendo los parámetros del rock sin demasiados aderezos, el álbum ofrece algunos arreglos nuevos como toques sureños, folk, country y algunas mezclas vocales atmosféricas. Rock and roll, acordes, ritmos, letras y actitud de muy alto octanaje.