El caso de La Manada se convierte en teatro de denuncia en Jauría, una obra que está dando mucho que hablar esta temporada con su crítica de la cultura de la violación. Y el madrileño Miguel del Arco sabe que eso le hace estar en boca de todos dentro del sector. «Unos nos van a llamar oportunista y otros nos dirán que cómo nos atrevemos a llevar esta historia a la escena, pero creo que es obligatorio. Desde el punto de vista antropológico debemos convertir esa costumbre en delito. No puede ser que cinco tíos de bien, guapos, jóvenes, asuman que es normal llevarse a una tía a un espacio de tres por tres para follársela sin que ella pueda pronunciar palabra, que graben vídeos que hacen rular entre los colegas y que hagan chistes sobre la burundanga», explica el director de esta pieza, un drama escrito por Jordi Casanovas que llega mañana al Teatro Circo de Murcia con Fran Cantos, Álex García, Ignacio Mateos Martiño Rivas, Raúl Prieto y María Hervás.

«Es teatro documento. Ni una sola palabra que se pronuncia en escena es ficción -explica Del Arco-. Casanovas ha hecho un trabajo dramatúrgico enorme. Las declaraciones son folios y folios. Casanovas corta y pega, pero no inventa nada», reitera. «Tenemos que cambiar la tendencia -insiste el director-. Después de La Manada vinieron los de Pozoblanco. No sólo les copiaron, sino que vieron normal tirarse a una tía y dejarla ahí tirada», lamenta el madrileño, que cuenta con el apoyo de Kamikaze Producciones.