La voz barítono de Mark Lanegan impone tanto en la vida real como en sus celebrados discos. El que fuera líder durante los ochenta y noventa de uno de los grupos más destacados de la escena grunge de Seattle, Screaming Trees, lleva más de dos décadas reinventándose como solista. Hace tiempo que dio carpetazo a su etapa en el género que le dio popularidad y, desde entonces, el de Ellensburg ha buceado en las profundidades del blues con sus sintetizadores y sus experimentos krautrock, descubriendo la belleza inmarcesible de la oscuridad. Sus discos en solitario han transitado por esa senda en la que se cruzan las influencias de Cohen y Scott Walker, las letanías de Nick Cave, el nervio de Alan Vega, el postpunk y el gótico ochenteros.

Ahora, Lanegan anda presentando su último disco, Somebody's Knocking (2019), y llega este domingo a Murcia dentro de una minigira por España que comenzó ayer en Santiago y continúa hoy y mañana en Elche y Valencia. No en vano, muchas de las influencias del disco tienen raíces europeas, como el tema Penthouse High, una carta de amor a New Order: «La música electrónica me ha gustado desde que era un niño», ha dicho Lanegan, que siempre ha sido gran fan de los británicos y Depeche Mode.

El artista invitado en su concierto será Simon Bonney. Cercano a The Birthday Party, Nick Cave and the Bad Seeds o 16 Horsepower, fue fundador de la banda australiana post-punk Crime & The City Solution.