El heavy metal en su facción clásica, alimentada de melodías nítidas y estribillos épicos, tiene en los asturianos Warcry a un popular exponente de la escena española. El grupo asturiano, que impactó con Alea jacta est (2004) y ¿Dónde está la luz? (2005), ha cultivado un metal tradicional decantado hacia el melodrama, con textos emotivos e instrumentaciones casi sinfónicas, con un papel destacado para los teclados.

En sus raíces está el cantante, Víctor García, único miembro original que sigue en la banda. En los 90 alternó su estancia en Avalanch como guitarrista con las primeras versiones de Warcry hasta, que, en el 2001, este grupo se convirtió en prioritario.

Los discos de Warcry suelen situarse en el Top 20 de ventas, una popularidad inusual para un grupo metálico. El éxito se sustenta en una identidad sonora heroica y, a la vez, sentimental, con textos que lanzan mensajes en forma de himno. Vuelven a Murcia, una de las ciudades que mejor les ha tratado a lo largo de su carrera, para presentar su último álbum de estudio: Donde el silencio se rompió (Maldito Records, 17), y hacer un repaso a su discografía.

Barón Rojo tiran la toalla enfrentados y con un rictus de amargura después de 40 años. Jamás un grupo heavy español tan grande, jamás un final tan triste. Las guerras intestinas acaban con los reyes del rock duro en castellano.

"Fuimos un diamante que cayó en un cubo de mierda". La frase es de José Luis Campuzano Sherpa. Como epitafio para un grupo de heavy metal, suena hasta auténtico. Barón Rojo anuncian que se retiran en 2020, justo cuando se cumple su 40 aniversario. No serán los Barón Rojo que irrumpieron en 1980 con su propuesta difícil de creer: una banda española que se podía comparar (incluso superaba) a los grandes del género, como Iron Maiden o Scorpions.

El grupo está partido en dos en la actualidad, con acusaciones cruzadas, vetos en festivales… En realidad los dos bandos enfrentados existieron desde casi el primer ensayo. Por un lado, los hermanos De Castro; por el otro, Sherpa, bajo y voz, y el batería uruguayo Hermes Calabria.

Durante aquellos primeros años en que los cuatro se juntaban en el escenario, eran imbatibles. Excelentes músicos, estética dura, letras que urgían a los jóvenes a ser rebeldes y canciones soberbias (Resistiré, Los rockeros van al infierno, Con botas sucias, Incomunicación…). Cuando se bajaban del escenario, el grupo se partía en dos. Ni siquiera viajaban juntos en la furgoneta. Esta ausencia de empatía entre los miembros quedaba en segundo plano cuando llenaban plazas de toros y eran número uno en Los 40 Principales. Sobre todo desde la publicación, en 1982, de Volumen brutal, colosal disco lleno de himnos heavies que todavía se recuerdan.

Las cosas en 2019 están agrias. No va a haber una nueva reunión del cuarteto original, y se abre otro frente: la relación entre los hermanos De Castro ha precipitado el anuncio del final del grupo. Armando de Castro acaba de editar un disco con su propio grupo, Armando Rock. La última noticia es que Sherpa y Hermes han montado una banda, Los Barones. Otra vuelta de tuerca al conflicto. Así pues, una cita ineludible para los amantes de la música heavy y el rock.

WarCry y Barón Rojo (con sus actuales componentes: Carlos y Armando de Castro, José Luis Morán y Rafa Díaz), dos míticos grupos del panorama nacional, actuarán en concierto en Murcia este sábado en el auditorio del Parque de Fofó. Será quizás la última oportunidad de ver a Barón Rojo en concierto en la ciudad.