Manuel Carrasco está en plena gira de presentación de su nuevo álbum, La cruz del mapa, que ha revalidado con disco de platino sus espectaculares cifras de lanzamiento, que le colocaron como el artista número uno en ventas durante varias semanas. Pues bien, la cruz ahora se posa sobre Murcia, donde el cantante onubense recreará esta noche todo su mundo poético con un generoso concierto asentado en este trabajo.

Carrasco incluye ampulosas orquestaciones junto a baladas, medios tiempos y pasajes que se acercan al rock, donde las canciones son catálogos de valores servidos a corazón abierto: autenticidad, cultura del esfuerzo, disposición al romanticismo y a la sensualidad, sintonía con las causas justas, celebración de la sencillez de la vida? ¿Tremendo atracón de clichés? Tal vez, pero también, entendemos, pilares a los que sujetarse en tiempos en que todo se mueve a gran rapidez.

Todo comenzó en Abbey Road, donde se grabó La cruz del mapa de la misma forma y con las mismas herramientas que en su momento usaron los Beatles. Entonces, Manuel no se imaginaba (o sí) que iba a llenar un estadio como el Wanda Metropolitano de Madrid, pero este no es su único logro. El disco obtuvo éxito no solo en ventas, sino también en recibimiento y críticas. Y es que el de Isla Cristina causa sensación entre gente de todas las edades. Sus seguidores van desde aquellos que siguieron sus primeros pasos en la Academia de la segunda edición de OT a los que, años después, han caído rendidos a sus canciones y han comenzado a seguirle la pista.

Su nuevo repertorio, que ofrece un halo positivo a pesar de incluir canciones sobre los inmigrantes y refugiados, incluye también un tema dedicado a su hija de 2 años, Mi única bandera, envuelto en una gran escenografía y un magnífico grupo de músicos. «Venimos a dejarnos la vida», dijo en relación a su nueva gira de conciertos. Aquí, en Murcia, siempre ha sido bien acogido, por lo que se espera que la Plaza de Toros de La Condomina roce el lleno, como es habitual en Carrasco.