Malvariche son un claro ejemplo de las posibilidades de la alianza entre folclore y rock and roll. Con poderío, honestidad, contundencia, emociones fuertes y canciones apasionadas, la banda alhameña lleva más de tres décadas explorando raíces. Su repertorio, además de excelente, muestra el gran potencial que le otorga una amplitud de miras musical realmente generosa.

Con el paso de los años, Malvariche vuelven a su origen, a un sonido perdido en el tiempo, sin distorsión, mucho más acústico y tradicional, pero no renuncian a la energía y alegría que siempre les ha caracterizado. Su nuevo disco, es un viaje por las tradiciones de las tierras del sureste, de la aldea de Malvariche en el Valle de Espuña, con la magia de las canciones de los hermanos Medina.

En Abonico, grabado en Primavera del Atlas por otro ex-Malvariche, Constantino López, las baterías y las distorsiones han sido sustituidas por instrumentos acústicos como violín, flauta, bouzouki o pandero cuadrado entre otros, e incluso por la colaboración de una coral. Embarcados en este proyecto, todavía encontramos a Rafa, Juan y Alfonso, que hace ya treinta y tres años crearon la banda por la que han ido pasado diferentes músicos y amigos dando lugar, junto a Germán y Óscar, al quinteto generador de los catorce temas del disco. El incombustible Juan Romero al aparato.

En Abonico apostáis por un sonido más acústico y tradicional. ¿Cuál es la razón que os ha llevado a ello?

Llevamos varios años compaginando nuestro formato folk-rock con un formato acústico más tranquilo para según qué festivales y audiencias. Nuestro disco anterior, La fiesta de los Corremayos, resumía perfectamente nuestra vertiente más rockera, y con Abonico hemos querido plasmar nuestro lado más intimista.

Abonico es un viaje por las tradiciones de las tierras del sureste. ¿Qué ritmos habéis recogido en este disco? ¿Cómo definiríais el sonido 'abonico'?Abonico

En las composiciones siguen estando ritmos con regusto celta, ritmos y melodías que nos pueden transportar a América Latina, pero ante todo ritmos tradicionales del sureste, parrandas, malagueñas, hasta una mazurca.

¿Cómo os planteasteis este nuevo disco? ¿Qué lo originó?

Después de varios años de tocar en varios festivales con el formato acústico, vimos la necesidad de registrarlo en un nuevo disco.

¿Resulta muy inspirador el Valle de Espuña? ¿Cuál es su principal riqueza (musicalmente hablando)?

Sí que es inspirador. Todos los componentes de Malvariche hemos crecido en Espuña; además la sesión de fotos para el disco está realizada en Malvariche, la aldea que nos da nombre. Su riqueza musical es sin duda el canto de los pájaros y el viento agitando los pinos. Pero también las cuadrillas que recorrían hace apenas un siglo los distintos cortijos y caseríos de la sierra.

Por el disco ha pasado una amplia nómina de colaboradores, casi un trabajo coral.

Pues sí, hemos contado con diversos amigos del mundo cuadrillero, Emilio del Carmelo, Jesús Tejas, Juan 'el Banana', Mari Tudela, entre otros, la Coral Discantus€, además de otros músicos amigos que han aportado algún detalle al conjunto.

Abonico ve la luz tras una campaña de micromecenazgo ¿Ha funcionado como esperábais?

Pues la verdad es que estamos muy contentos. Es la primera vez que usamos esta fórmula y ha funcionado bastante bien. El objetivo lo hemos conseguido; además ha servido como promoción previa a la salida del disco.

Constantino López ha sido el elegido para llevar a cabo la grabación de Abonico, en su estudio Primavera en el Atlas (como en los dos discos anteriores de Malvariche), y además también ha producido el disco. ¿Qué os aporta?

Desde el primer momento quisimos que la producción corriera al 100% a su cargo. Los dos discos anteriores los grabó también, pero compartíamos la producción con él. Constantino es un excelente técnico de sonido además de músico y productor. De su estudio están saliendo muy buenos discos de cantidad de grupos folk de todo el país; su trayectoria avala su trabajo. Y conoce plenamente a Malvariche desde sus inicios, incluso fue guitarrista nuestro un par de años.

Vuestra música, es obvio que tiene una gran influencia del folk en general, pero ¿qué ha motivado este sonido en Malvariche? ¿Cuáles son o han sido vuestras influencias más directas a la hora de hacer música?

Todo surgió un poco por casualidad al principio. Cuando creamos la Banda Malvariche a finales del 85 para participar en un festival cultural que se organizaba con artistas alhameños, no teníamos claro en qué estilo encasillarnos; era muy raro: bandurria, trompeta, saxos, guitarra eléctrica, bajo y sin percusión al principio, simplemente un grupo de críos del que Rafa Medina, algo mayor que el resto, era su profesor de guitarra, tres miembros de la banda municipal y un chaval del grupo folclórico. Dos versiones folkis de Mike Oldfield (In Dulci Jubilo y Portsmouth), y nuestro primer tema propio, La Danza de los Instrumentos: ese fue nuestro repertorio en nuestro debut. Y sin tener muy claro la mayoría de nosotros qué era el folk, aquello sonaba a folk; raro, pero folk. Nuestras primeras influencias fueron Gwendal, Pink Floyd, Mike Oldfield, Labanda, Suburbano... Después llegarían Mano Negra, Los Pogues..., el rock, el jazz, el funk, el flamenco...

¿Por qué habéis titulado Abonico

Abonico viene a ser un símil de 'acústico'. Por primera vez en nuestra discografía prescindimos de batería y de guitarra eléctrica. Hemos hecho un trabajo previo con mucho esmero, sin prisa, con mucho cariño, que es lo que viene a significar 'abonico' en Murcia.

¿Creéis que la música folk vuelve a estar de moda? ¿Es un buen momento para bandas como Malvariche?

Sin duda, ahora es un buen momento, están la MODA. arrasando, Fito y los Fitipaldis se acompañan en la gira de Fetén Fetén, Los Hermanos Cubero ganan un Premio de Música Independiente, Crudo Pimento se arranca por Auroros. Pues sí, sería un buen momento para que a la gente le diera por oírnos. De todas formas el folk tiene un circuito paralelo, sobre todo por el centro y norte del país, pero que nos abarca a todos.

¿Es Abonico el mejor disco de Malvariche?

Hasta el momento, sí. Qué tópico.

¿Es un regreso a los orígenes?

En parte sí. Las primeras composiciones de la banda antes de grabar el primer disco no eran folk-rock. De todas formas, no falta nada de energía en Abonico. Ahora tenemos un bagaje y experiencia musical que antes no teníamos.

¿Cuántos integrantes forman actualmente Malvariche?

Desde el primer día seguimos Rafa Medina con la voz, guitarra y violín; Alfonso Marín, trompeta, fliscorno y flauta; y yo, Juan Romero con el bajo. German Medina, hijo de Rafa, desde 2009 se encarga de las cuerdas (laúd, bandurria, bouzouki, mandolina). Para este disco hemos contado con el percusionista Oscar Esteban, todo un especialista de la música tradicional. Para el formato Malvariche Folk-Rock contamos con Juan Pedro García en la guitarra eléctrica y con Jacinto (Inkordia) a la batería. También tenemos un proyecto infantil, Los Músicos de Malvariche. Aquí también contamos con Juan Pedro a la guitarra.

¿Qué objetivos tenéis cara al futuro? ¿En qué festivales querríais tocar o que sueños tenéis que veáis factibles a día de hoy?

El objetivo es poder tocar en cualquiera de los tres formatos donde nos reclamen. Festivales que nos gustarían, el Womad y el Viñarock por ejemplo.

¿Qué intimida más a un músico: un patio de butacas repleto o el público de un concierto convencional?

Parece que el patio de butacas intimida más; el público creo que está más atento porque hay menos elementos que interfieran.

Después de una larga trayectoria de más de 30 años con un montón de discos, canciones y conciertos a vuestras espaldas, ¿Se os han hecho cortos? ¿Aún os quedan cosas por decir?

Pues sí que han pasado rápidos. Claro que nos quedan cosas por decir. De momento vamos a disfrutar de Abonico.

¿Cuál es vuestra receta del puchero, de vuestra música?

Melodías saltarinas y pulso vivo. Sencilla.

¿Qué tiene de nuevo y qué de clásico este nuevo disco?

Que siendo, en gran parte, adaptaciones de música tradicional, le hemos dado un tratamiento distinto al que habíamos hecho hasta ahora.

Tras más de 30 años haciendo música, ¿a qué dificultades os enfrentáis cuando componéis?

Eso no te lo puedo responder. Rafa y German han sido los compositores de los temas propios.

En cuanto al público, ¿es el mismo de toda la vida o ha cambiado?

Seguimos teniendo muchos seguidores fieles que ahora van con sus hijos a los conciertos. Y también nuevos seguidores más jóvenes.

¿Buscáis renovaros un poco y ofrecer ritmos nuevos, pero sin perder vuestra esencia? ¿O es algo que está ocurriendo sin querer, por inercia?

Simplemente nos apetecía hacer un disco así. De todas formas, mantenemos también el formato folk-rock.

Cuáles son los grupos actuales que llaman vuestra atención? Este disco, ¿cierra una etapa o refleja el momento que estáis viviendo actualmente?

Abre una nueva vía.

¿Encontraremos en el nuevo disco a unos nuevos Malvariche?

Creo que no. La esencia sigue siendo la misma.

¿Cuál es el secreto para que durante tantos años hayáis estado juntos? ¿Os imaginabais que la vuestra iba a ser una carrera de tan largo recorrido?

Como se juntan unos amigos a echar una pachanga de fútbol, nosotros nos juntamos a ensayar. Tampoco es constante; compaginamos Malvariche con otras actividades musicales y extramusicales distintas.

Un vistazo atrás. ¿De qué os sentís más orgullosos?

De conseguir que el Pasacalles de los Corremayos se haya convertido en el festejo más multitudinario y colorido de Alhama.

¿Qué mejores momentos destacarías de estos últimos años?

Los bolos dados en Folk Segovia, Tradicionarius, La Mar de Músicas, Tres Culturas...