El cangrejo cacerola tiene la sangre azul. No porque forme parte de la realeza, sino porque, en lugar de hemoglobina, su cuerpo contiene hemocianina, con cobre en vez de hierro. La instantánea de este animal es una de la veintena de bellas fotografías de criaturas marinas que conforman la exposición Átomos bajo el agua, una iniciativa del Oceanogràfic de Valencia que hasta el próximo día 22 de septiembre puede verse en el Museo de la Ciencia y el Agua de Murcia.

Los tiburones no tienen huesos. Por ese motivo no hay fósiles de estos animales, pero sí de sus dientes, que, en gran parte gracias al flúor de su dieta, sí se puede decir que son sus únicos huesos. Estas palabras aparecen al lado de la imagen de un escualo, también en la exhibición. La muestra tiene una peculiaridad: la de relacionar a los habitantes marinos con los elementos de la tabla periódica. De ahí su nombre, Átomos bajo el agua. Así, el tiburón se relaciona con el flúor. Y el cangrejo de sangre azul antes citado, con el cobre.

El concejal de Promoción Económic, Cultura y Programas Europeos de Murcia, Jesús Pacheco Méndez; la patrona de la Fundación Oceanogràfic, Mercedes Calabuig; la directora del Museo de la Ciencia y el Agua de Murcia, Maribel Parra, y el divulgador y Premio Lupa Escéptica de la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico Manuel Toharia fueron los encargados de presentar la muestra en Murcia.

Calabuig explicó que se trata de la primera exposición itinerante que organiza el Oceanogràfic, y subrayó que la hacen porque «queremos conectar con la gente». «Nuestra misión es divulgar», apostilló, al tiempo que puso el acento en la importancia de «concienciarnos de que la salud del mar depende de todos nosotros».

El Oceanogràfic «el año pasado recibió un millón y medio de visitas, y 21 millones en los 15 años que lleva abierto», recordó la patrona, que insistió en que «nuestra misión es llegar al público para contarle que tenemos una tarea: el mar tenemos que cuidarlo. Por eso se creó la fundación». Para estudiar «cómo ayudar al océano a no morir y a no estar tan sucio», recalca.

Por su parte, Toharia llevó un recorrido por los paneles que exhiben animales y plantas del Oceanogràfic, cada uno vinculado a un elemento químico distinto, y lo hizo en presencia de un grupo de escolares que estaba de visita al museo, se encontró con el acto de presentación y pudo escuchar de primera mano las explicaciones de este maestro. Conocieron a la foca de Weddell, que tiene el récord en apnea gracias al hierro, y aprendieron qué papel desempeña el calcio en el origen de los arrecifes de coral.

Toda la muestra en sí «es un homenaje a la tabla periódica (que celebra sus 150 años), a los elementos químicos, al conjunto del mar que es donde la vida nació, donde la vida existe y gracias al cual la vida podrá sobrevivir algún día, si no seguimos contaminándolo», destacó el experto.