Kurt Cobain dijo de los escoceses Teenage FanClub que eran el mejor grupo del mundo (pudo comprobarlo porque acompañaron a Nirvana en su gira del '93), y Liam Gallagher les colocó en el segundo puesto (después de Oasis, obviamente). Han pasado casi tres años desde que editaron su último álbum, Here (2016), aunque el año pasado publicaron versiones remasterizadas de sus discos con el sello Creation: Bandwagonesque (1991), Thirteen (1993) , Grand Prix (1995) y Songs from Northern Britain (1997).

Por ello, 2019 se presenta cargado de fechas para Teenage Fanclub, y este finde actúan nuevamente en Murcia, dentro del Warm Up, aunque sin Gerard Love -miembro fundador y autor de alguno de sus grandes himnos, como Sparky's dream- y con la omisión de sus canciones; de hecho, en esta entrevista, que responde Raymond McGinley, no encontramos ninguna respuesta a las preguntas que le hicimos referidas a Love. Sea como sea, Teenage FanClub son uno de los grupos emblemáticos de la música escocesa de las últimas tres décadas: caracterizados como deudores del mejor pop en lengua inglesa, con influencias manifiestas de Beach Boys, Byrds, Beatles o Big Star, y predominio de composiciones cristalinas y pluscuamperfectas donde los medios tiempos llevan la dirección.

Here es vuestro último álbum hasta la fecha, publicado hace tres años. ¿Por qué decidisteis volver y grabar?

Nunca está lejos de nuestras intenciones grabar canciones nuevas; siempre estamos pensando en ello..., ¡aunque el álbum anterior solo tuviese tres semanas! Con nuestra nueva formación, con Dave McGowan al bajo y Euros Childs a los teclados, queríamos volver al estudio y grabar cosas nuevas -lo vemos como el comienzo de un nuevo álbum-, así que grabamos cuatro canciones en enero. Y decidimos que la gente escuchara una de ellas enseguida: Everything is falling apart.

En vuestro último disco, ¿intentasteis ser los Teenage Fanclub de hoy y no poneros demasiado nostálgicos?

Diría que nunca abordamos nada con un sentimiento de nostalgia. Como individuos quizá seamos nostálgicos con cosas personales, pero como banda siempre nos gusta mirar hacia delante.

¿La escena de Glasgow conserva algo de las esencias de cuando comenzasteis?

En Glasgow sigue existiendo la sensación de que las bandas se ayudan entre sí, pero la escena musical es mucho más grande que en 1989. Y estoy seguro de que están pasando montones de cosas de las que no tengo ni idea, y así es exactamente como debe ser.

¿En qué se diferencia la banda que escribió What you do to me de la que ahora presenta Everything is falling apart ?

La diferencia principal es que somos 28 años más viejos; nuestra edad es más del doble de la de entonces, pero, sinceramente, la sensación de estar en el estudio ahora trabajando en material nuevo no es muy distinta a como era entonces. Aquellas canciones son muy diferentes, pero creo que habría sido posible que la banda en 1991 tuviera una canción como Everything is falling apart, y que la banda de ahora tuviera una canción similar a What you do to me. Nos gusta pensar que cualquier cosa es posible.

Lo que se podría decir que no cambia en vuestra música es la melancolía de prácticamente todas las canciones. ¿Es una característica escocesa?

Quizá, pero soy cauteloso aplicando cualquier tipo de estereotipo nacional en estos tiempos. Puede ser entretenido hablar de estas cosas relajadamente (rasgos nacionales, etc.), pero, con la edad, cada vez es mayor la sensación de que la gente es igual en todo el mundo.

De todas formas, en vuestros inicios, quizás por haberos fichado el sello americano Geffen, vuestro sonido era más grunge. Incluso llegasteis a ir de gira con Nirvana.

Éramos como éramos antes de Geffen u otros sellos; hicimos el primer álbum, A catholic education, por nuestra cuenta antes de que nos conociera nadie. Pero, por supuesto, girar con Nirvana fue un momento culminante: por primera vez íbamos a España y a otros muchos sitios. No obstante, creo que con el tiempo ganamos confianza con las voces y las armonías y decidimos potenciarlas.

¿Crees que conectáis con el público español de una manera especial?

Siempre hemos tenido esa sensación. Todos nos acordamos de conciertos de principios de los noventa en que la gente cantaba las canciones muy alto. ¡No nos había pasado en ningún otro sitio!

Precisamente actuáis ahora en un festival diez años después de tocar en Murcia a escasos metros de donde lo haréis este viernes. ¿Recuerdas aquella visita?

Sobre todo me acuerdo de pasar el rato por Murcia. No habíamos venido nunca. Recuerdo una plaza donde estuvimos sentados bebiendo y riendo. ¡Quizás intente encontrar esa misma plaza!

¿Llegar a adultos ha cambiado vuestro estilo de vida?

¡Éramos adultos cuando empezamos! Adultos jóvenes. Ahora somos adultos más viejos, pero, para ser sincero, no estoy seguro de que nuestros estilos de vida hayan cambiado mucho, aparte de tener más responsabilidades. No hicimos demasiado el loco en ningún momento.

Treinta años de carrera. Se dice pronto. ¿Qué es lo que más os importa ahora como banda?

Son treinta años, pero, como no hemos parado en ningún momento, parece que nada ha cambiado mucho, aparte, obviamente, de algún cambio de formación de vez en cuando.

¿Hay previsto nuevo álbum de TFC en breve? ¿Hay nuevas canciones?

En realidad ya empezamos a grabar el nuevo álbum cuando estábamos en el estudio en enero. Más adelante, este año, volveremos para grabar más canciones y, el año que viene, podremos publicarlo. Tenemos algunas cosas grabadas y algunas ideas en marcha, pero de momento estamos deseando hacer los conciertos que nos quedan. Dentro de unos tres o cuatro meses empezaremos a concentrarnos en más canciones nuevas.