Diez estados de ánimo, diez atmósferas que permiten al oyente entrar en un universo irreal». Así definía Marlango su último disco unos días antes de su presentación, a finales del pasado mes de septiembre. Technicolor -que es así como se titula el álbum- suponía el regreso del dúo formado por Leonor Watling y Alejandro Pelayo después de cuatro años sin grabar, y la crítica lo acogió con fruición. También el público, que ha recibido a Marlango con honores allá por donde ha ido a lo largo de esta gira que mañana llega a Lorca.

«Creemos que cada persona que lo escuche va a tener su propia opinión porque no se parece mucho a ninguno de nuestros discos anteriores. La ausencia de guitarras y de bajos, el sonido de los pianos, el tratamiento de la voz, las cuerdas, los metales, las percusiones, todo eso ha sido pensado de una manera nueva. Es la primera vez que hacemos un disco con un concepto previo, con la idea de que las canciones fueran parte de la banda sonora de una película que nos hemos ido inventando», explican sobre un álbum que es, como sus directos, a ratos denso, a ratos oscuro y a ratos clásico.